A caballo entre las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León, Tierra de Campos es una de nuestras comarcas más emblemáticas pero al mismo tiempo una de las más desconocidas. En esos cerca de cinco mil kilómetros cuadrados de infinitas llanuras se esconden muchos más tesoros de los que se pudiera imaginar. Aquí van 11 propuestas para comenzar a descubrir esta tierra de frontera por donde han pasado infinidad de pueblos muy distintos, dejando todos ellos su huella.

Emborracharse de arte mudéjar

Quien busque conocer las infinitas posibilidades y matices de esa arquitectura cristiana realizada en yeso y ladrillo por musulmanes, entre el siglo XI hasta bien entrado el XVII, se va a encontrar en la población leonesa de Sahagún, en pleno Camino de Santiago, un conjunto de magníficas iglesias de distintas épocas, como la de San Lorenzo o la de San Tirso. Por otro lado, como se puede comprobar en la Guía del arte Mudéjar en la provincia de Palencia de P.J.Lavado Paradinas, se pueden seguir hasta seis rutas distintas, descubriendo verdaderas maravillas. Si sólo se pudiera destacar una, esa sería la Iglesia de San Facundo y San Primitivo de Cisneros.

El secreto de los palomares

Aunque van paulatinamente desapareciendo, siguen siendo los edificios más representativos de la comarca y al mismo tiempo los más enigmáticos y misteriosos. Su tipología es tremendamente compleja y su historia todavía muy desconocida. Los hay por toda la zona, muchos en estado ruinoso pero no por ello menos fascinantes. Los más famosos se encuentran en el entorno de Villafáfila (Zamora) aunque un buen sitio para explorarlos es Guaza de Campos (Palencia) donde todavía quedan unos 18 en distintos estados de conservación y con estilos muy diferentes.

La mejor vista con merienda

Hay dos campanarios con vistas extraordinarias a Tierra de Campos. Uno se encuentra en Paredes de Nava, formando parte de la Iglesia de San Martín que alberga el Centro de Interpretación de la Comarca y la oficina local de Turismo y otro, en Fuentes de Nava, en la torre más alta de la provincia, la de San Pedro. Aunque el mirador natural más excepcional se encuentra en Autilla del Pino desde donde se divisa una docena de pueblos y se tiene la oportunidad de contemplar apabullantes puestas de sol, mientras se saborean productos locales en alguno de los merenderos ubicados en las cuevas bodega circundantes.

Navegar por el Canal de Castilla

Fue uno de los proyectos más relevantes de ingeniería civil de la España ilustrada del S.XVIII y ahora gracias al trabajo de muchos voluntarios es posible volver a disfrutar de esta maravilla. Uno de los ramales más significativos se encuentra en Tierra de Campos, incluidos tramos navegables como el que realiza la embarcación Antonio de Ulloa desde Medina de Rioseco. También es recomendable explorarlo haciendo senderismo o en bicicleta. Hay varios museos y centros de interpretación a lo largo del camino.

Escuchar un concierto de órgano

Dicen que uno de los momentos más emotivos que se pueden vivir en Tierra de Campos es durante alguno de los conciertos que se organizan por toda la comarca, aprovechando los increíbles órganos barrocos que se conservan en muchas de sus iglesias. Los más espectaculares se encuentran en Santoyo y en la preciosa iglesia de San Hipólito de Támara de Campos pero hay otros muchos como el de Frechilla o el de la Iglesia de Santa María de Fuente de Nava. En julio y agosto, durante el Festival de Órgano, se ponen todos en funcionamiento.

Ampudia desde la Casa del Abad

Esta población palentina lo tiene todo. Uno de los castillo más impresionantes de la zona, una bellísima colegiata donde no falta un estupendo órgano baroco, un tejido urbano perfectamente conservado, destacando sus calles porticadas y varios museos, además de palomares y pintorescos chozos. Y lo mejor es que cuenta con varios alojamientos muy recomendables como Las Casitas de Papel o la carismática Casa del Abad ubicada en uno de los edificios más interesantes de la villa.

Arte en Boadilla de Rioseco

Antes de que como otros muchos pueblos de la zona quede prácticamente borrado del mapa, Boadilla de Rioseco ha invitado a varias docenas de artistas para que utilicen sus calles y edificios como un improvisado museo de arte contemporáneo al aire libre. Sólo hay que pasearse entre sus iglesias mudéjares y plazas pero también por las ruinas de la antigua estación ferroviaria, o las tapias del cementerio, para descubrir inusitadas imágenes que están dando nueva vida a este rincón de Tierra de Campos.

Las estrellas de Becerril de Campos

Una de las experiencias más curiosas que se pueden tener en esta comarca es sin duda la que ofrece la antigua iglesia de San Pedro, rehabilitada por el Ministerio de Agricultura y convertida en un inusitado centro astronómico. Allí se puede observar una meridiana de cámara oscura en funcionamiento, como las que el jesuita húngaro Juan Wendlingén (1715-1790) construyó para Fernando VI además de otros artefactos. Para luego pasarse por la preciosa Iglesia Museo de Santa María la Antigua que alberga una de las mejores colecciones de arte renacentista, incluyendo obras maestras de Pedro Berruguete y Alejo de Vahía (también presentes en la Iglesia Museo de Santa Eulalia de Paredes de Nava).

Observación de aves

Tierra de Campos cuenta con la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila (Zamora) y el Espacio Natural de la Nava y el Campo de Palencia, dos lugares esenciales para la observación de aves en la península. En el entorno de la primera se concentra la mayor población de avutardas del planeta, además de otras muchas especies. En la segunda, se han avistado hasta 221 variedades de aves, mayormente acuáticas. Cuentan con centros de interpretación donde se ofrecen visitas guiadas.

El esplendor de Medina de Rioseco

Muchos consideran a esta población vallisoletana como la indiscutible capital de Tierra de Campos y sólo por sus muchas iglesias de porte catedralicio ya lo tendría merecido. Si los edificios son espléndidos aún más espectaculares son los tesoros que albergan. Comenzando por la Iglesia de Santa María de Mediavilla, pasando por la de Santiago Apóstol y sin olvidarse de la de Santa Cruz. Todas ellas accesibles a través de visitas guiadas. También llaman la atención las construcciones relacionadas con el Canal de Castilla, como la antigua Fábrica de Harinas.

Comer en la Estrella del Bajo Carrión

Si sólo se pudiera elegir un restaurante en esta parte de Castilla y León, ese debería ser La Estrella del Bajo Carrión, un singular hotel-restaurante que desde hace más de 30 años sorprende con su forma de cocinar los productos autóctonos, comenzando por ese típico pichón de la tierra para seguir con el guisante, los productos de matanza, incluyendo la más exquisita morcilla que pueda imaginarse o los deliciosos pimientos de Torquemada. Se encuentra en Villoldo, el lugar perfecto desde donde explorar Frómista y su iglesia románica de San Martín o San Cebrián de Campos y su iglesia gótica de San Cornelio y San Cipriano.

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