Comunicado de la Federación Republicanos(RPS) en el Primero de Mayo

FORTALECER EL SINDICALISMO DE CLASE, ENFRENTARSE AL CAPITAL, ROMPER CON EL RÉGIMEN MONÁRQUICO

Un año más, como viene ocurriendo desde 1890, la clase obrera sale a las calles y plazas de todo el mundo para rendir homenaje a los mártires de Chicago de 1886, defender los derechos sociales conseguidos a costa de un inmenso sacrificio y continuar el combate contra el capital.

En nuestro país, este 1º de mayo tiene una significación especial por las circunstancias económicas y políticas en que se celebra. Estamos sumidos en una devastadora crisis económica que los gobiernos del PSOE, primero, y del Partido Popular desde 2011 han hecho pagar a los trabajadores. Los brutales recortes en los servicios públicos (sanidad, educación, pensiones…) y la reforma laboral han provocado un paro masivo, precariedad laboral, altas tasas de pobreza, exclusión social y emigración al extranjero de jóvenes muy cualificados. Los trabajadores y trabajadoras salimos a la calle para defender unos derechos sociales en retroceso, exigir el mantenimiento de los servicios públicos y reivindicar el sindicalismo de clase. Porque el sindicato es una herramienta fundamental en la lucha de los trabajadores contra el capital. No nos dejemos engañar. La oligarquía quiere destruir los sindicatos para acabar con la negociación colectiva y desarmar a los trabajadores. Tenemos el deber de defender nuestras organizaciones y fortalecerlas, apartando de ellas a los elementos corruptos y a las cúpulas dirigentes burocratizadas.
Pero la movilización en la calle debe ir acompañada de objetivos políticos claros y definidos. El modelo económico que intenta imponer la oligarquía solo puede ser derrotado desde una ruptura política con el régimen monárquico. Han aparecido en España unas fuerzas políticas que, despreciando la organización y apelando a los ciudadanos, hablan de regenerar el régimen, de sustituir a la casta política que nos gobierna. Pero es una falsa solución, que genera esperanzas e ilusiones que pronto se traducirán en una inmensa frustración. El régimen monárquico y la Constitución de 1978 están al servicio de la oligarquía financiera, son los elementos clave de un sistema que sirve a unos intereses de clase muy concretos. No es posible la regeneración de un régimen político que tiene sus raíces en la dictadura franquista. Este sistema está gangrenado, estructuralmente corrupto, y no hay posibilidad alguna de regeneración.
Si queremos una nueva política económica basada en el empleo estable, unos servicios públicos de calidad, una reforma fiscal que persiga implacablemente el fraude fiscal; si queremos recuperar la soberanía nacional y ser los dueños de nuestro futuro, hay que romper con la monarquía y establecer una República democrática y federal. Para conseguirlo es necesaria la unidad popular, la unidad de la izquierda sobre la base de un programa común que ponga en primer término la ruptura con el sistema político.
En estos momentos de confusión y divisiones políticas entre la izquierda, cuando surgen partidos que quieren contentar a todos, a los empresarios, a los trabajadores, a la Iglesia y al Ejército, que se mantienen en la indefinición política y niegan la lucha de clases, es más necesario que nunca la claridad de ideas.
Los trabajadores necesitan organizaciones de clase para luchar contra el capital, para enfrentarse a las clases dominantes. Y esas organizaciones necesitan unirse para liquidar este régimen oligárquico.
Las próximas elecciones municipales y autonómicas son una oportunidad para agrupar fuerzas en torno a la ruptura con el régimen y arrebatar el poder municipal a la derecha. Para cerrar el paso a la derecha no se puede volver a votar a partidos que comparten con el Partido Popular las mismas formulaciones económicas y solo discrepan en cuestiones de matiz. Es necesario orientar el voto hacia las formaciones que se pronuncian abiertamente por la ruptura con el régimen y por una salida republicana que defienden las organizaciones de clase y apuestan por la profundización de la lucha de clases-

Este 1º de mayo tiene que ser un punto de partida para conseguir la unidad popular, la unidad de la izquierda. Las organizaciones de izquierda deben estar a la altura de su responsabilidad histórica y olvidar viejas rencillas y enfrentamientos. En este 1º de mayo los trabajadores necesitan mostrar su fuerza y decisión para acabar con un sistema político que nos hunde en la miseria y la desesperación.
Organización, lucha y ruptura política. Esos son los principios nos conducirán a la victoria.