La batalla contra los piojos, un negocio en alza

Barcelona cuenta con tres empresas especializadas en eliminar estos temidos parásitos, un sector que se está popularizando ante la falta de tiempo de las familias

La batalla contra los piojos, un negocio en alza
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Acabar con los piojos ha pasado de ser una tarea de ámbito doméstico a una oportunidad de negocio. Tres centros especializados en desparasitar cabezas de niños y adultos se reparten en Barcelona un mercado que está en auge. "Hay negocio porque es un servicio necesario que requiere de algo de lo que carecemos, tiempo libre", resume Neus Quimasó, cofundadora de Fuig Poll, la primera consulta dedicada al tratamiento de la pediculosis que abrió en España. Lo hizo en el barrio barcelonés de Sant Antoni en abril del 2010 y desde entonces otras empresas, regentadas por mujeres, han seguido sus pasos en la capital catalana.

A Quimasó, tener el problema en casa le puso sobre la pista del negocio, pero fue una charla con algunas madres del colegio de su hija, desesperadas por ganarle la batalla a los piojos y las liendres, lo que acabó de convencerla. "Una de ellas admitió que estaría dispuesta a pagar a alguien para que acabara con este martirio y a mí se me encendió la bombilla", explica. Unos meses más tarde –después de probar su idea haciendo unos cuantos domicilios– abrió la consulta. Actualmente, además de la de Barcelona, tiene cinco más.

La brecha de negocio se ha ido ampliando desde entonces, y más emprendedoras se han subido al tren atraídas por un sector que parece esquivar la crisis y que se alimenta del frenético ritmo de vida y la falta de tiempo de las familias. "El problema crece y crece y es por la falta de tiempo y de paciencia", apunta Emma Bryan, socia junto a su hermana de Happy Heads, que abrió las puertas hace poco más de un año en el Eixample. "Hace años, las madres y las abuelas estaban acostumbradas a revisar las cabezas de los niños y podían atajar el problema a tiempo", añade. Por tanto, no es que haya más, es consecuencia de un cambio de rutinas. Tampoco ayuda el "pudor" que aún supone admitir que se tienen piojos. "Se intenta ocultar porqué avergüenza", apunta Belén Borrego, que se acogió a un ERE voluntario para abrir en junio del 2013 Piopelo, otra empresa dedicada al tratamiento de la pediculosis en Barcelona.

Niñas y adolescentes, las más afectadas
Los piojos, que ni saltan ni vuelan, y se alimentan de sangre, solo se pegan con el contacto directo, es decir, cabeza con cabeza y, en menor medida, compartiendo gorros o peines. A priori, nadie escapa de la cruzada contra los piojos, aunque es más probable que afecte a niñas y adolescentes, que suelen llevar el pelo largo. Aún así, madres, abuelas y algunas maestras también recurren a los servicios de los centros antipiojos infestadas por estos parásitos, según advierte Borrego.

En cuanto a los tratamientos van de los 50 a los 75 euros, dependiendo de la técnica y el número de sesiones incluidas en la oferta. Hay centros que usan una aspiradora para succionar los piojos. Otros, los atajan con productos de última generación, sin pesticidas ni insecticidas, aunque en ambos casos las claves del éxito son las mismas: el tiempo y la perseverancia. Para las liendres, la metodología no ha evolucionado y la solución final, una vez eliminados los piojos, es rastrear la cabellera, mechón a mechón, con la liendrera, ese peine metálico de púas muy juntas, que las arrastra hasta dejar la cabeza limpia. "Si no se hace, comienza de nuevo el ciclo", afirma Bryan. Los piojos viven un mes de media y si nadie lo impide, pueden poner entre 8 y 10 huevos al día.

En muchas ocasiones, cuando se atisba el problema y se acude a alguno de los centros especializados, se encadenan meses y meses de "desesperación" y un sinfín de remedios caseros y productos químicos a partes iguales. "Nos han hecho creer que se podía solucionar el problema aplicando un producto y dejándolo actuar. La publicidad no se adapta a la realidad. De ahí que hayamos tratado personas que han necesitado diez sesiones para ser desparasitadas del todo", asegura Quimasó.

Mal uso de los productos
En realidad, lo que suele ocurrir es un mal uso de los productos –aplicarlos sin necesidad es el más común– que ha acabado por hacer a los piojos resistentes a algunos de estos mejunjes. Pero como advierte Manel Enrubia, pediatra y director del Centro de Atención Pediátrica Integral Barcelona Esquerra "los piojos son parásitos que solo viven en la cabeza y para los que no hay tratamiento preventivo". "Hay familias que han hecho un uso indiscriminado de colonias y champús antipiojos y han dejado de ser efectivos", asegura el pediatra. Sin embargo, la batalla no está perdida y según él, los nuevos productos derivados de las siliconas "no generan resistencia porque taponan los orificios de respiración de los piojos y los ahoga". Difícilmente pueden provocar alergias, aunque sí picor, que es lo que suele advertir de su presencia.

El doctor también desmonta algunos mitos que aún se relacionan con estos parásitos como la supuesta estacionalidad. "Piojos hay todo el año, pero en verano que hay más contactos y más actividades al aire libre, es más fácil el contagio", advierte. Otra de las leyendas urbanas que se asocia con los piojos es que van a las cabezas sucias o a las más descuidadas, aunque eso tampoco es cierto. "A los piojos, eso les da igual", recuerda el doctor. Aunque no hay prevención posible, Enrubia sí aconseja a los padres que acuden a su consulta pasar la liendrera una vez por semana con el pelo húmedo y embadurnado de suavizante e intentar llevarlo recogido.

El tiempo dirá si los negocios antipiojos tendrán recorrido o se quedarán en una moda pasajera. De momento, muchas ciudades españolas se han subido al carro y han abierto centros de estas características, aunque la situación aún está lejos de llegar a los niveles de otros países como Chile, Argentina o Estados Unidos. "En Nueva York el servicio es como la depilación o la manicura", explica Borrego. Bryan, más optimista, concluye: "De aquí a 5 años nos preguntaremos cómo era posible sobrevivir sin este servicio".

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