Málaga

José Anastasio, un sordo al que no oyen

  • Desde 2011 tres alumnos sordos de la EOI piden un intérprete para poder seguir las clases de inglés Uno de ellos aprobó los exámenes del B1 pagando un profesional de su bolsillo

Lleva tres años esperando un intérprete de lengua de signos para poder seguir el ritmo de sus clases de inglés. Tres años en los que no ha dejado de luchar por lo que considera un derecho a este servicio, que no capricho. José Anastasio Jimena fue el primer estudiante sordo que emprendió el camino para conseguir que la Junta de Andalucía le subvencionara un intérprete de lengua de signos cuando decidió comenzar a cursar inglés en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI). Desde 2011, aunque ya con el título del B1 bajo el brazo, sigue esperando respuesta a su petición por parte del organismo.

José Anastasio acaba de graduarse en Educación Primaria, estudios para los cuales le exigían un B1 en lengua extranjera, y con orgullo relata estos meses de esfuerzo que se remontan a septiembre de 2011, fecha en la que junto a dos compañeras sordas envió la primera instancia a la Delegación Territorial de Educación relatando su problema. "El acceso me costó bastante. Contacté con la directora y me dijo que no podría hacer el curso porque ni hablaba ni escuchaba. Me sentí discriminado, no entendía por qué no podía estudiar igual que el resto de personas oyentes", indica.

Sin recibir respuesta, José Anastasio comenzó a pagar un intérprete -que le suponía cada curso alrededor de 2.500 euros-, creyendo que sería cuestión de meses que le ofrecieran uno. "Pensaba que al ser un centro público me cubrirían el servicio, pero tuve que seguir insistiendo. Volví a enviar una instancia en junio de 2012 y los profesores de la EOI lo hicieron en diciembre". En esta ocasión obtuvo respuesta por parte de la Junta, pero las noticias que recibió no eran las esperadas: "Me extrañó la negativa porque impedía que las personas sordas se desarrollen educativamente y se formen al igual que los oyentes. Me siento frustrado porque llevo años luchando y si hay adaptaciones para ciegos o para personas con problemas de movilidad, ¿por qué a nosotros no nos dan este servicio?"

Desde la Delegación Territorial de Educación en Málaga, alegaron que la EOI pertenece a las enseñanzas de Régimen Especial y no son obligatorias. Asimismo, en 2013 aseguraron a este periódico que no tenían conocimiento de las circunstancias de estos tres alumnos sordos, pero que una vez recibieran la solicitud de la EOI de dicho servicio "se realizarían las gestiones necesarias para atenderla". Es por ello que un mes después de las declaraciones de la Delegación, en noviembre de 2013, la EOI envió la petición explicando que tres de sus alumnos necesitaban un intérprete. José Anastasio todavía no ha recibido respuesta.

A pesar de haber aprobado los exámenes -todos menos el de escucha- y tener asegurado el B1 que le exigen en la UMA, le gustaría progresar en el idioma para, en un futuro, marchar fuera o poder interpretar a lengua de signos británica, ya que no es universal sino diferente en cada país. "Aunque no sea obligatorio me gustaría alcanzar el B2, pero para eso tengo que conseguir mi derecho a un intérprete, no es un favor, es algo que exigir", reitera José Anastasio recalcando la heterogeneidad de la comunidad sorda: "Yo, por ejemplo, hablo bastante bien y puedo hacer el examen oral, pero hay otros compañeros a los que les cuesta más o tienen menor nivel de audición. Quizá una adaptación general no es válida para todos, pero se puede adecuar a las características de cada alumno según sus necesidades".

Este estudiante, con su ejemplo, pretende desmitificar los prejuicios existentes en torno a la población sorda. "Existe mucho desconocimiento, y yo soy la prueba de que los sordos, con el apoyo necesario y el servicio de intérprete de lengua de signos, pueden aprender idiomas".

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