Quitándole importancia a los asesinos en serie: la mayoría de los homicidios los provocan otros

Quitándole importancia a los asesinos en serie: la mayoría de los homicidios los provocan otros
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Los asesinos en serie o serial killers son muy llamativos a nivel cinematográfica, e incluso psicológico y mediático. A todos nos suenan Ted Bundy o Dexter. Pero ¿hasta qué punto no estamos fijándonos en una anormalidad de la naturaleza demasiado rara que los medios han conseguido que no lo parezca tanto?

Los criminólogos James Alan Fox y Jack Levin lo tienen claro en "Serial murder: Popular myths and empirical realities": "tal vez haya realmente más expertos estudiando a los asesinatos en serie que gente cometiéndolos". Incluso, de un tiempo a esta parte, el número pequeñísimo de asesinos en serie todavía se está haciendo más pequeño.

Asesinatos en la historia

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Pintura renacentista de Calígula

El asesinato en serie no es un fenómeno nuevo, ni siquiera es un producto de una sociedad enferma. A lo largo de la historia hemos leído biografías que probablemente sean las de asesinos en serie, como Calígula, Nerón, Gilles de Rais (mi favorito), Jack el Destripador o la aristócrata húngara Elizabeth Báthory, fue arrestada en 1610 y subsecuentemente acusada de torturar y matar hasta 600 jovencitas. El sadismo, de hecho, es un término que proviene de un torturador célebre: Donatien Alphonse François, también conocido como el marqués de Sade.

Probablemente muchos asesinos en serie o sádicos en general alimentaban su hambre de formas moralmente aceptadadas por la época, como en el caso de los inquisidores, las ejecuciones públicas o el Coliseo.

Orígenes psicopáticos

Ted Bundy Mug Shot

Ted Bundy, cazado.

No se conoce la razón de que existan asesinos en serie, pero no parece que sea debido a un gen, una lesión cerebral o alguna experiencia infantil concreta (aunque muchos asesinos en serie sufrieron abuso físico y sexual). Lo que parece innegable es que es el producto de una interacción entre el entorno y ciertas características del sujeto.

Por ejemplo, los asesinos en serie no tienen la capacidad de sentir empatía, de modo que frecuentemente tildan de psicópatas o sociópatas. Algunos asesinos en serie hacen uso de la lujuria y la tortura para obtener placer sexual por mutilación de la víctima y también de matarla lentamente por un prolongado lapso de tiempo.

Stephen Kellert y Alan Felthouse afirman en "Violencia contra los animales y las personas" que: ‹‹Un niño que crece rodeado de agresión contra cualquier ser vivo, tiene más probabilidad de violar, abusar o matar a humanos cuando sea adulto››.

En cualquier caso, aquí tenéis un Test de empatía para saber si eres un psicópata.

El ocaso

Pero, como se ha dicho, el número de asesinos en serie no deja de descender. Tal y como explica el psicólogo cognitivo Steven Pinker en Los ángeles que llevamos dentro:

En la década de 1980, cuando los asesinos en serie eran una sensación pop, había en total doscientos perpetradores conocidos que mataban a unoas setenta víctimas al año. En la década de 1990 eran ciento cuarenta y uno, y en la de 2000 sólo sesenta y uno. Estas cifras acaso sean cálculos a la baja (pues muchos asesinos en serie se aprovechan de fugitivos, prostitutas, gente sin techo y otros cuya desaparición quizá no conste como asesinato), pero a todas luces, en un momento dado, no hay en Estados Unidos más de dos o tres docenas de asesinos en serie conjuntamente responsables de una minúscula fracción de los diecisiete mil homicidios que se producen al año.

Más información | La mente del asesino en serie

En Xataka Ciencia | Todos queremos matar (sin necesitad de ser Dexter)

Fotos | Florida Department of Corrections

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