El documento discute si los animales van al cielo después de morir. Señala que la Biblia no dice explícitamente qué sucede con los animales cuando mueren y que, a diferencia de los humanos, los animales no tienen un espíritu o mente racional que les permita orar a Dios o confiar en Él. Aunque no podemos saber con certeza si nuestras mascotas estarán en el cielo, debemos confiar en que Dios, que es perfecto y bueno, tiene un buen plan para los animales.