No hay billetes de USD 50, USD 100 ni USD 1 en el mercado.

Las autoridades explican que no hay billetes de un dólar porque se desgastan rápido, reemplazarlos es costoso y existen monedas de la misma denominación. Argumentos válidos.

Lo que no cuaja es que el Banco Central no importe billetes de USD 50 ni USD 100; la oferta de billetes se reduce a tres denominaciones: 5, 10 y 20. Vaya dolarización.

La explicación sería que se quiere dificultar que se saque dinero. Pero, supongamos que alguien viaja a Chile. Necesita algo de efectivo y quiere ahorrarse el impuesto de 5% al uso de tarjeta de crédito, por lo que quiere llevar mil dólares. En lugar de 10 billetes de 100 tiene que llevar 50 de 20. No entran en billetera. Los cambistas chilenos castigarán la cotización de los billetes de baja denominación. Pero no por eso va a llevar menos.

A lo mejor se cree que la gente engaña al fisco sacando escondido más dinero del permitido, lo cual se dificulta por lo que ahora el bulto es cinco veces mayor.

Quizá se quiera desalentar el uso de billetes, para que la gente pague con cheque o tarjeta de crédito y mantenga más depósitos, lo cual significa mayor encaje en el Banco Central y más dinero que el Central puede prestarle al fisco. O para que adopte el dinero electrónico.

Nada de esto justifica trabar las transacciones monetarias. Además, las autoridades alimentan el fuego de los rumores.

La economía pasa por momentos difíciles. Las autoridades toman medidas discutidas y discutibles, pero que en conjunto incomodan y ponen nerviosas a las personas:

-Las amplísimas restricciones a las importaciones. Aunque las autoridades lo nieguen, suben costos y generan escasez. Pregunten a los que están comprando útiles escolares.

-La Junta Monetaria asumió la voz cantante sobre el destino del dinero depositado en la banca privada, y ya no los banqueros a quienes les confiamos nuestros ahorros.

-La promoción a como dé lugar del uso de dinero electrónico, a expensas del billete verde.

-Las repetidas declaraciones del presidente que la dolarización es perjudicial.

Este es caldo de cultivo para que los malquerientes del Gobierno difundan por las redes sociales versiones alarmistas de la situación económica. Tal ha sido la profusión de rumores catastróficos que la Superintendencia de Bancos salió a desmentirlos, con un comunicado en que revela la buena situación por la que pasa el sector financiero.

Ahora el Central le da más argumentos a los que difunden rumores. Que se diga, por ejemplo, que no hay billetes de 100 y 50 porque la gente los está atesorando.

La tranquilidad del sistema bancario no se preserva mediante comunicados, que lo que consiguen es alarmar, porque es reconocer que hay algo que explicar.

¿Quieren mercados financieros apacibles? Tomen medidas sensatas, que transmitan que las autoridades piensan primero en los depositantes antes que en micromanejar nuestro dinero con fines fiscalistas.

No restrinjan tanto las importaciones. No le metan la mano a la liquidez bancaria. No fuercen el uso de dinero electrónico. No hablen mal de la dolarización. Y por favor, importen billetes.(O)