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Preferible que un solo hombre muera por el pueblo


San Juan 11,45-57
Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él. Pero otros fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que Jesús había hecho. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron un Consejo y dijeron: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchos signos. Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar santo y nuestra nación». Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: «Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?». No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos. A partir de ese día, resolvieron que debían matar a Jesús. Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí permaneció con sus discípulos. Como se acercaba la Pascua de los judíos, mucha gente de la región había subido a Jerusalén para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: «¿Qué les parece, vendrá a la fiesta o no?». Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno conocía el lugar donde él se encontraba, lo hiciera saber para detenerlo.
Jesus y Fariseos
Comentario del Evangelio por : Lacordaire (1802_1861) dominico
«…para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn 11,52)
Cuando Jesucristo viene al mundo nace como todos los hombres en un pueblo; nace en un lugar concreto, nace en una patria que tenía su historia, su fundador, sus conquistas, su cultura; nace como un hombre que era esperado por un gran pueblo. Y ¿qué hace en el primer instante cuando se presenta como el heredero de las promesas y esperanzas de este pueblo?…Dice simplemente: «Yo soy el hijo del hombre.
Tal vez esto no os sorprenda. Tal vez os parece natural que en cada página del evangelio Jesucristo se presente como Hijo del hombre, mientras que, a penas, en algún sitio se designe como Hijo de Dios. Todo esto no carece de importancia… Antes de Jesucristo se decía: yo soy griego, soy romano, yo soy judío. Amenazado o interrogado, uno respondía con orgullo: «yo soy ciudadano romano. Cada uno se amparaba en su pertenencia a una patria a un lugar. Jesucristo no invoca más que el único título de Hijo del hombre y anuncia así una era nueva, la era del inicio de una nueva humanidad, donde, gracias al nombre de Dios, no hay título más grande que el nombre del hombre. Cada una de las acciones de Jesús está marcada por este espíritu, y todo el conjunto, palabras y acciones, forman el evangelio que es el lugar nuevo y universal.

Autor:

Mi nombre es Maria Dilma. Con este Blog, quiero compartir mis experiencias. Me sirvo de LA PALABRA escrita, por medio de frases cortas y bien pensadas, que surgen del sentimiento más profundo de mi ser. Cada pensamiento será producto del momento y las circunstancias en las que se dan. Soy consciente de que todo mensaje responderá a quién y desde dónde se diga, y esto puede dañar, ensalzar, difamar, informar o desinformar a las personas. Sin embargo, quiero que junt@s "nos conozcamos a nosotros mismos, seamos lo que debemos ser". Aquí encontrarás temas Espirituales en la vida cotidiana y, sobre todo, temas psicológicos. Espero que sea de tu agrado y que Dios -PALABRA VIVIENTE- me ayude a llegar a ti por medio de mis reflexiones y a no perder de vista el fin propuesto. Seas BIENVENIDO/A.