Por qué renunciar a la nacionalidad colombiana

Por qué renunciar a la nacionalidad colombiana

"Sigo sin comprender cómo puede ser tan mala patria un país en el que no es obligatoria la educación pública y sí el servicio militar"

Por: Fabio Andrés Olarte Artunduaga
marzo 04, 2016
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Por qué renunciar a la nacionalidad colombiana
Foto: enter.co

Hace poco más de dos años empecé a contemplar la idea de renunciar a la nacionalidad colombiana, por lo que de inmediato tuve que empezar a indagar acerca del trámite que, de acuerdo con la Ley 43 de 1993, reglamentada por el Decreto 1869 de 1994 y modificada por la Ley 962 de 2005, nos permite a los colombianos renunciar a nuestra nacionalidad.

Los requisitos para llevar a cabo la diligencia son, en cierta medida, simples; más allá de que hay un par de cuestiones burocráticas estúpidas que hacen que el trámite, finalmente, se tarde un poco más de lo esperado. Algunas fotografías recientes de 4 x 5 centímetros, una carta solicitando la realización de la gestión, y un par de documentos que acrediten que se tiene otra nacionalidad, bastan para que cualquier colombiano pueda dejar de cargar con el peso enorme de tener la misma nacionalidad de criminales como Pablo Escobar, 'Tirofijo', Carlos Castaño y Juan Manuel Santos.

Lo que no debe sorprendernos, a quienes realizamos el trámite, es que nos cobren una tarifa que más que elevada es abusiva, por no decir que extorsiva. Los 80 dólares o 55 euros –dependiendo del lugar en donde estemos viviendo- que hay que pagar para renunciar a la nacionalidad colombiana, nosotros, los colombianos de a pie que hacemos uso de este derecho, nos los ganamos sudando la gota gorda, y no como los políticos miserables de nuestro país que con sus acciones, diariamente, invitan a sus paisanos a que más y más deseen contar con un pasaporte diferente al que deberían portar con orgullo: el colombiano. ¡Pero es que cómo vamos a decir con vanidad que somos del país en el que los niños se mueren de hambre mientras los políticos comen caviar! ¡Eso es prácticamente imposible! ¡Es un atentado a la razón!

Según informó el colega Néstor López, el 13 de abril del 2014, dos colombianos renuncian a su nacionalidad diariamente. Todavía somos muy pocos los que, evocando una frase del gran Albert Camus, amamos tanto a nuestro país que no podemos ser nacionalistas. En todo caso, y aclaro que esto sirve como alivio, al pagar esa suma de dinero sentimos que, finalmente, ese Estado hampón está dejando de robarnos. ¿Y qué pasa con esa plata que pagamos? ¡Yo no sé! Los ladrones de cuello blanco verán si con ese dinero hacen mermeladas, mazamorras o sancochos.

Durante los últimos meses, muchos familiares, amigos y lectores me han preguntado por qué decidí renunciar a la nacionalidad colombiana. La respuesta, al menos para mí, es obvia: no quiero tener nada que ver, en cuanto a cuestiones civiles, con el país más infame, corrupto, miserable y desgraciado del planeta tierra. Hace apenas horas, por ejemplo, se dio a conocer que en el municipio de La Estrella, Antioquia, algún desgraciado, que hasta ahora sigue en libertad, decapitó a un niño de apenas 10 años de edad. Hace meses, sin ir más lejos, se comprobó que el dinero con el que debían alimentar a los niños más pobres de la costa caribe colombiana se lo estaban robando un grupito de políticos. Hace un par de años, y no sé si lo recuerden, por culpa de la ineficiencia de los órganos de control del Estado colombiano murieron incinerados un grupo 33 menores y un adulto, en Fundación, Magdalena, cuando una buseta se incendió. Hace más de una década, aunque algunos se hagan los sordos y otros los ciegos y otros los idiotas, las declaraciones de diferentes criminales vinculan a Álvaro Uribe Vélez con varios grupos paramilitares, pero él, muy campante, durante ese tiempo, fue presidente de Colombia, y hoy en día es senador de la República.

Sin embargo, en realidad, renuncio a la nacionalidad colombiana porque sigo sin comprender cómo puede ser tan mala patria un país en el que, para los muchachos, no es obligatoria la educación pública superior pero sí es forzado el hecho de prestar el servicio militar. No puedo creer, tampoco, cómo en Colombia la salud es un negocio que al año cobra más muertes que el mismo narcotráfico, y nadie dice o hace algo, sino que por el contrario cada cuatro años los colombianos van como borregos a votar por los mismos y las mismas que nos metieron en este caos. No puedo entender cómo a los colombianos les parece sano que nuestro gobierno dialogue con los delincuentes de las FARC, y no con nuestros campesinos, profesores y médicos. No quiero tener la nacionalidad colombiana porque Colombia no hace más que cerrarles las puertas a sus ciudadanos más jóvenes.

¡Y si no me creen hagan una encuesta entre jovencitos cercanos a ustedes, a ver cuántos de ellos se quieren ir para siempre de Colombia! ¡De 10 mínimo 9 van a querer largarse, así como a mí me tocó irme hace años, siendo apenas un muchacho que soñaba con que en su país las cosas pudieran cambiar algún día! ¡Por suerte, para mí, ahora sé que eso es una utopía!

@andresolarte

 

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