El feminismo me ha cambiado la vida

El feminismo me ha cambiado la vida

Esta es la carta de un hombre cis y hetero a sus compañeros para que se solidaricen con el feminismo y renuncien a sus privilegios

01/07/2017

Carlos Valera

A mí, y a tantos otros, hombres, cis, heteros, blancos, normativos. Tengo todos los privilegios y el feminismo me ha hecho consciente de ellos. Al principio solo reconocí el de ser hombre y cuanto más aprendía de la transeccionalidad, más consciente fui de cómo la sociedad me leía.

Y voy a soltar un poco de rabia. Pero no me la genera el feminismo sino el resto de hombres, cis o no, heteros o no, blancos o no, normativos o no, el resto de hombres que no son capaces de reconocer la suerte que tienen. Porque llega un día en el que te das cuenta que la vida siempre te fue más fácil que a tus compañeras. No fácil, nadie te niega tu experiencia, nadie te dice que tus dificultades no sean válidas, simplemente llega el feminismo y te pide que seas consciente de tu situación.

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Pero tú, hombre como yo, decides que no. Que aquí la víctima eres tú porque una panda de insumisas te quiere recortar privilegios. Y no te das cuenta del ridículo que haces cuando te enfrentas a ello, nadie quiere que tengas menos derechos, solo menos privilegios.

Estoy harto de hombres que se denominan feministas porque tienen madre/hermana/hija/etc. Si necesitas tener un vínculo personal con una mujer para respetarla, desde luego no respetas a las mujeres, respetas a quien te da la gana.

Estoy harto de hombres que piden que se les juzgue individualmente, “no todos los hombres son machistas”, “no todos los hombres son iguales”, “no todos los hombres (inserte aquí comportamiento machista)”. Quieres que deje de ser así, pues haz algo. No es tu culpa vivir en una sociedad machista que te beneficia. Sí es tu culpa no hacer nada para cambiarlo. Sí es tu culpa siempre que ríes los comentarios de tus colegas cuando sabes que son machistas, sí es tu culpa cuando disfrutas de tus privilegios, sí es tu culpa siempre que no hagas nada. Y si ya lo haces, entenderás la generalización, porque tú también estarás harto.

Un hombre posa detrás de unas gafas y una dentadura postiza

 

 

Estoy harto de hombres que quieren invalidar la lucha de tantas porque en otros lugares las mujeres están peor. ¿Y qué? De verdad, ¿qué? ¿Acaso que en el Sahara haga más calor elimina el calor de aquí? Pues entonces, cállate y escucha a quien lo pasa mal, que algo aprenderás.

Estoy harto de hombres que me dicen “eres feminista para ligar”. Aquí tengo varias cosas que comentar: ¿qué clase de manipulador eres que te planteas el hecho de cambiar tu forma de ser (externamente) solo para conseguir ligar? ¿Qué clase de persona eres que sigues viendo a una mujer como algo a conseguir, un trofeo? Y, por último, desde luego que se liga más siendo parte del feminismo, es una de las ventajas de tratar a las personas como iguales, que sueles caer mejor. Os lo recomiendo a todos.

Estoy harto de hombres que se quejan de eventos no mixtos, ¿tan difícil es de entender? Ojalá no fuesen necesarios los espacios no mixtos pero es tu actitud la que los provoca, ¿o de verdad crees que esas mujeres no preferirían poder participar en la vida cotidiana a la que tú estás acostumbrado?

Estoy harto de hombres ofendidos porque no les dejan dirigir el feminismo. No es nuestra lucha. Apóyala pero no es tu lucha. Comparte la carga, colabora, empápate de ella, pero no es tu lucha. Enriquécete, aprende, crece con ella, pero recuerda que no es tu lucha. Usa tus privilegios ya que los tienes para darle fuerza, pero recuerda que no es tu lucha. Y si tu orgullo no te permite apoyar el feminismo sin dirigirlo, pues casi mejor que te apartes, que no es tu lucha.

Estoy harto de hombres que se quejan del orgullo LGBT. “Si ellos mismos se distinguen y quieren distinguirse, nunca serán vistos con naturalidad”. Volvemos al punto anterior, ¿de verdad crees que luchar por los derechos es cómodo? Se necesita un día del orgullo porque gracias a ti el resto del año no se les permite ser parte de la vida cotidiana sin que alguien les señale.

Estoy harto de hombres jóvenes que perpetúan el machismo. No espero corregir a mi abuelo, me llena de alegría que mi padre me pregunte qué son las personas queer, y que me diga que no lo entiende, pero que cada uno sea lo que quiera. Pero tú, millennial, que has nacido en la generación de internet, que tienes acceso a toda información, ¿cuál es tu excusa? ¿En qué momento decides cerrar los ojos y negar tus privilegios?

Estoy harto, muy harto, demasiado harto, de hombres que no entienden el consentimiento. Para empezar, el consentimiento es el mínimo requerimiento legal para que no violes, pero desde luego una relación sexual no será mutua ni plena mientras no exista deseo de ambas partes. Si fuerzas, es violación. Si amenazas, es violación. Si chantajeas, es violación. Si presionas, es violación. Si mientes para conseguir ese consentimiento, es violación. Si al final cede, quizá no sea violación, pero qué clase de persona eres que disfruta del sexo sabiendo que la otra persona no lo está disfrutando. Una relación sexual es cuando queremos compartir nuestra sexualidad con otras personas. Es un acto de comunicación, expresión e intercambio. Sin esas partes, llámalo como quieras, pero no será una relación.

Así que, por favor, si acabas leyendo este artículo y te has sentido aludido en alguno de los puntos, pregúntale a la mujer más cercana su opinión, y si ella no está harta de explicar lo mismo una y otra vez, atiende, escucha y revisa tus privilegios.

Y por último, darle las gracias al feminismo, que gracias a él cada día que pasa mi entorno es más rico y diverso, el ellos es más pequeño y el nosotros más grande. Aún queda mucho por recorrer, mucho por descubrir y mucho por aprender, pero desde luego, cuantos más seamos más bonito será el camino.

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