ANIVERSARIO

La noche que el cielo de Cádiz se tiñó de rojo

En el 70 aniversario de la mayor catástrofe de la historia reciente de Cádiz se empiezan a conocer las causas de una tragedia cubierta por el olvido

Imagen de la Casa Cuna después de la explosión. En la primera planta estaban los dormitorios infantiles. A la derecha de la fotografía, se observa la parihuela que utilizaron las brigadas de rescate para recuperar a los heridos y los cadáveres. LA VOZ

VERÓNICA SÁNCHEZ

Faltaba un cuarto de hora para las diez de la noche del lunes 18 de agosto de 1947 y el pequeño José María Pery Paredes, que estaba a punto de cumplir seis años, se preparaba para el baño junto con sus dos hermanos en casa de los abuelos maternos, en el número 1 de la céntrica calle Cervantes de Cádiz.

De repente, un enorme resplandor, el cielo se volvió rojo y se oyó un enorme estruendo . La puerta del balcón desapareció. A dos kilómetros de allí, en la Base de Defensas Submarinas, donde actualmente está situado el Instituto Hidrográfico de la Marina, en el barrio de San Severiano, acababa de explotar un polvorín.

El almacén número 1, antiguo taller de torpedos, guardaba 596 cargas de profundidad (arma antisubmarina con explosivos) de distintos tipos: 378 unidades del modelo italiano Torpedini, seis Vickers británicas, 120 rusas B1-M1, 25 WBA, 17 WBE y 50 WBD. Estas últimas, de origen alemán, fueron las detonantes de la mayor tragedia que ha vivido Cádiz en los últimos dos siglos .

«Venían cargadas con algodón pólvora , lo que es una absoluta aberración, teniendo en cuenta que en ese almacén se podían alcanzar los 50ºC en verano perfectamente y que llevaban allí al menos cuatro años», afirma José Antonio Aparicio, historiador, presidente del Instituto Español para la Reducción de los Desastres (IERD) y autor del libro ‘1947. Cádiz, la gran explosión’ . El algodón pólvora es un explosivo muy inestable e inseguro, de hecho, tras la Primera Guerra Mundial dejaron de fabricarse municiones cargadas con algodón pólvora.

El historiador José Antonio Aparicio durante la conferencia que impartió ayer por la tarde en la biblioteca Adolfo Suárez sobre el 70 aniversario de la explosión de 1947.- ANTONIO VÁZQUEZ

Varias actividades conmemoran el 70 aniversario de la explosión

«Por fin hacemos un digno recuerdo a las víctimas, que está a la altura de lo que ocurrió, no una simple ofrenda floral o un concierto», declara José Antonio Aparicio. El proyecto de creación del Museo de la Explosión, presentado por el Instituto Español para la Reducción de los Desastres del que es presidente, fue aprobado por el pleno del Ayuntamiento de Cádiz el pasado mes de septiembre. Y ayer se abrió al público (su inauguración ha quedado pospuesta debido al atentado de Barcelona). De momento, será una exposición permanente en el Castillo de Santa Catalina pero, en el futuro, Aparicio espera que se consiga trasladarlo a un espacio lo más cerca posible de San Severiano, lugar en el que se originó la explosión.

Los homenajes a las víctimas de esta catástrofe continúan este viernes, con los actos organizados por el IERD y la Federación de Asociaciones de Vecinos 5 de Abril. A las 19.30 horas se realizará una visita guiada por los lugares de la explosión, que partirá del Instituto Hidrográfico y abierta a todo el público. Posteriormente, a las 21.45 horas, está previsto que tenga lugar un homenaje en el Monumento que recuerda a las Víctimas de la Explosión en la plaza de San Severiano. Y a las 22:30 horas, se celebrará la Noche de la Explosión en el colegio Argantonio, con música y relatos en el que participarán víctimas de la misma.

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