MUJER RURAL

Día Internacional de la Mujer Rural

El 15 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Rural, establecido por la Asamblea general de las Naciones Unidas en el año 2007 mediante la resolución 62/136 en la que se reconoce “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.

El 15 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Rural.

Este día, tiene como propósito, visibilizar que las mujeres habitantes en espacios rurales son agentes clave en la generación de una economía sustentable y sostenible, la garantía de la alimentación, los procesos de paz de nuestros países, así como, la protección del ambiente. Las mujeres con experiencias rurales, desempeñan un papel fundamental en los llamados países desarrollados y en desarrollo, pues participan en la explotación de la tierra, el cultivo, el cuidado del ganado, la recolección y preparación de alimentos, para sus familias y comunidades.

Pese a ello, estas mujeres como consecuencia de una organización social patriarcal, donde el monopolio de la tierra fue otorgado a los hombres, su acceso a la propiedad,  al crédito, los insumos agrícolas, la asistencia sanitaria, la educación y la cultura son limitadas y en ocasiones inexistente.

La mayor proporción de alimentos en el mundo es producida por mujeres, sin embargo, en su mayoría las mujeres que participan de las actividades agrícolas en el campo no poseen recursos propios y no perciben remuneración alguna por su actividad, las mujeres de espacios rurales continúan siendo aquellas con menores índices de escolaridad, trabajan más horas en el campo que los hombres, son las más pobres y experimentan mayor explotación tanto dentro y fuera del hogar, razón por la cual en las últimas décadas han migrado progresivamente hacia actividades no agrícolas.

Aunado a ello, las mujeres de las zonas rurales también son víctimas de violencia de género, en las poblaciones rurales hay mayor aceptación a las situaciones de violencia, no solo física, sino además violencia económica y patrimonial, al ser los hombres quienes en mayor medida controlan y administran los bienes y recursos. Además, las mujeres rurales son víctimas de violencia institucional, así como, violencia simbólica, principalmente en las representaciones de estas transmitidas en los medios de comunicación, en los cuales se invisibiliza en primer término su contribución social, pero además, donde en las pocas oportunidades en que son representadas siempre será como campesinas, atrasadas, ignorantes, consolidándose estereotipos que habrán de sentar las bases para futuras formas de discriminación.

En algunos países de América Latina ni siquiera se cuentan con datos desagregados por género y condición rural, por lo cual es difícil conocer la situación real de estas mujeres, así como, el diseño e implementación de políticas públicas y acciones afirmativas orientadas a mejorar su situación social y contribuir a sus procesos de empoderamiento.

Por esta razón, se hace necesario profundizar esfuerzos, que permitan la transformación de la situación social de las mujeres rurales, entre estas el reconocimiento de su contribución a la edificación y sostenibilidad de la sociedad, promover e incentivar la participación y conformación de liderazgos de las mujeres rurales y su incorporación en los espacios de toma de decisiones, su formación en los ámbitos económicos y tecnológicos, así como, la sensibilización en violencia de género.

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