Un paso más

Los madridistas se ríen y se relajan después de ver a San Lorenzo sufrir en la semifinal. Si El Ciclón hubiera perdido ante el Auckland, todos los medios del mundo y las otras hinchadas argentinas se hubieran hartado de reírse de nosotros. Habría sido lo justo. Pero no se dio, así que, pese a quien le pese, los de Boedo no van a ser el chiste del momento, así que me parece bien que sigan riéndose los que quieran.

San Lorenzo tiene en Matías Lammens a un presidente astuto, honesto y apasionado. Gracias a él y su equipo de dirección, el club de Boedo, por muy humilde que pueda parecer comparado con el presupuesto astronómico del Real Madrid, es solvente en lo económico y lo futbolístico. Lammens y su equipo han encontrado la manera de ganar campeonatos importantes y devolver el orgullo a la hinchada sanlorencista durante los últimos dos años.

He visto en la prensa española que se critica a Lammens esta semana por defenderse de los que tachan a su equipo de violento al hablar del juego duro de Pepe. Aunque admito, por muy hincha del Madrid que yo sea, que Pepe ha tenido sus fases leñadoras, ahí el presidente Lammens se equivoca porque el central luso ha cambiado y no ha recibido ni una tarjeta amarilla durante la primera mitad de los campeonatos de España y Europa. La única verdad es que los defensas de ambos equipos -Mercier, Ramos, Kannemann o Pepe, entre otros- son duros pero no son sucios.

No hay que dejar que Ancelotti o la prensa madridista nos provoquen. El respetado entrenador italiano ha sido un poco arrogante al decir que Cristiano Ronaldo no marcó en la semifinal contra Cruz Azul porque se "está guardando un gol para la final". La única reacción que tal comentario merece es intentar frustrar un poco al goleador de Madeira en la final. Si al 7 del Madrid lo marcan bien y lo despeinan un poco en el primer cuarto de hora del encuentro, puede que tenga una de sus frecuentes malas actuaciones en los partidos grandes.

Opino, y lo digo con todo el respeto hacia el presidente del club que siempre tendrá el primer lugar en mi corazón, que ni Lammens ni el equipo técnico de Bauza deberían entrar al trapo, como dicen los españoles. No vale la pena.

Hay que usar la energía y las palabras con buen juicio. Como dijo una vez Taisen Deshimaru, el maestro budista Zen, "la mente es como un mono atado a un palo, va de acá para allá sin parar". San Lorenzo tiene que avanzar con paciencia y así todo lo que tiene que llegarle llegará. Está en la final del Mundial de clubes, guste o no. Merece el honor de disputarle al Madrid ese partido, y punto.

Todo lo demás son habladurías y distracciones. Creo que los comentarios de Lammens tenían que ver con cierto nerviosismo antes de la semifinal, como fue el caso con la tensión inicial de los jugadores de San Lorenzo. Pero todo eso pasó. La final está a 0-0. El equipo que esté más fuerte mentalmente podrá dar dar un paso más en su singular historia.