Siempre me decías: «Envejeceremos juntos.
Mis cabellos y los tuyos se iluminarán
de nieve y de luna»
Pero hoy amas a otra, y hoy vengo a ti,
vengo dolorida a darte mi ultimo adiós.
Llena por última vez nuestras tazas con
el zumo que brinda el olvido y canta la canción
que habla de aquella ave muerta bajo la nieve.
Me iré luego a embarcar en las turbias
aguas del Yu-Keú, allí donde ellas se dividen
y, siguiendo rumbo contrario, unas van hacia
el este y otras hacia el oeste»
¿Por qué lloran, al oírme, jóvenes amadas?
Acaso den con el hombre del corazón fiel
que, sinceramente, les diga «Envejeceremos
juntos..».