Alba es la hija mayor de Rosa Maestro. Nació cuando su madre tenía 38 años y llevaba al menos tres dándole vueltas a la idea de ser madre soltera. La forma de conseguirlo se la ofreció, curiosamente, su abuela. "Hace muchos años leyó un artículo en el periódico y me dijo: "Si no quieres casarte, hay lugares donde vas y te llevas al hijo puesto en el bolsillo"", recuerda esta periodista, que acaba de publicar el cuento 'Cloe quiere ser mamá' (Editorial Chocolate, 2012).

A Maestro podría definírsele casi como una activista de las madres solteras. De hecho, es la creadora de la web masola, un site de información para madres solteras por elección, en el que se pueden encontrar desde descuentos de clínicas de reproducción asistida para mujeres sin pareja hasta noticias sobre las desventajas fiscales que sufren las familias monoparentales, entre otras. La web cuenta también con un foro y en él fue donde Maestro detectó una duda que se repetía una y otra vez entre las madres solteras: ¿cómo hablarle a mi hijo/a sobre su origen? "Una vez que pasa el primer año, en el que se está demasiado ocupada cuidando del bebé, todas las madres empiezan a preocuparse sobre cómo contarlo", apunta.

Fue esta demanda la que hizo a la periodista decidirse a convertir en cuento impreso lo que ya le contaba a su hija desde que cumplió apenas tres años. Una explicación que, obviamente, no incluía el término técnico de su opción de reproducción asistida, la inseminación artificial por donante (IAD), una técnica no disponible en muchas clínicas, mucho más barata que la fecundación in vitro (FIV) y que fue aquella sobre la que su abuela leyó un día en el periódico años antes.

Tuve la gran suerte de quedarme embarazada a la primera. "En aquel momento me costó unos 800 euros [ahora creo que ronda los 1.400]. Ayudó a mi decisión el hecho de tener un trabajo fijo [trabaja en el departamento de comunicación de una gran empresa], una casa y de haber viajado ya todo lo que quería viajar", recuerda la periodista.

Rosa no tuvo ningún problema a la hora de decírselo a sus amigos, que se lo tomaron estupendamente, ni a la familia. Solo un hermano mostró cierta preocupación, totalmente superada en la actualidad.

Esta naturalidad la transmitió Maestro a su hija a la hora de hablarle sobre su origen. "Cuando tenía tres años, me inventé este cuento, con el que creció", comenta. El cuento es sencillo y, por supuesto, no habla de donantes, ni de clínicas ni de estimulación ovárica. Hay un médico, eso sí, bautizado apropiadamente como 'Dr. Maravillas'. Es él el que, en el cuento recién publicado, "pone la semillita mágica en la tripita" de Cloe. La semillita, cuando Alba tenía tres años, apareció en un frasco dentro de una caja en forma de estrella que su mamá se había encontrado debajo de la almohada, tras pedirle a la estrella fugaz Perseida que hiciera realidad su deseo más anhelado: "ser mamá sin tener un papá".

Convertir este cuento, que Rosa contaba a su hija a todas horas –en el coche, a la hora de dormir...- en un libro impreso requirió de esfuerzo por parte de la autora. Primero, encontrar una editorial que la apoyara en esta aventura. La recién creada editorial Chocolate se ofreció a ello y aportó el 50% de los gastos necesarios para imprimir la tirada de 1.000 ejemplares. El resto, vino del bolsillo de la propia autora. "Aún no hemos cubierto gastos, pero tampoco aspiramos a obtener beneficio económico", comenta Maestro.

También tenía que convertir el lenguaje oral en escrito, algo a lo que le ayudaron varias personas: una psicóloga especializada en reproducción asistida, un corrector de estilo infantil y la ilustradora, Bárbara Guillén Feltrer. El resultado, 'Cloe quiere ser mamá', se puede adquirir por 15 euros en un blog creado con este fin y en algunas clínicas de reproducción asistida.

"No es solo para las madres por IAD, también para las que haya optado por la FIV", comenta la autora, que añade que éste es el primero de una colección sobre familias "distintas". "El próximo será sobre hijos fruto de la donación de óvulos y/o de esperma", concluye. Dado el avance de las técnicas de reproducción asistida y la cada vez mayor variedad de modelos familiares, puede que a Rosa le quede mucho por escribir.