A CONTRALUZ

La sombra de Jimmy

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JIMMY MORALES HA SALTADO a la palestra política con un éxito inusitado. En la encuesta de Prodatos, publicada por Prensa Libre , el presidenciable del Frente de Convergencia Nacional (FCN) tiene 16.2% de preferencias electorales, a apenas 8.7% de Manuel Baldizón y superando a Sandra Torres por 1.5%. En la medición publicada en abril pasado, Morales ni siquiera era mencionado por los entrevistados. ¿Qué pasó? El comediante probablemente pasó a ocupar el espacio que dejó Sinibaldi o se convirtió en la alternativa antivoto luego de los escándalos que han sacudido principalmente al PP y Líder. Si fuera esta última posibilidad, Morales se habría beneficiado por constituir una opción electoral nueva, sin el estigma de la clase política tradicional. ¿Ahora bien, Morales y el FCN son realmente actores políticos sin vínculos con el pasado nefasto del país?

EN LAS ELECCIONES DEL 2011, Morales fue candidato a la alcaldía de Mixco por el partido ADN y apenas obtuvo 13 mil votos. Ese fracaso habría sido el punto de partida del acercamiento con el FCN, un cascarón sin posibilidad de participar en las elecciones. La Monografía de Partidos Políticos de Guatemala, 2012, de Asíes, señala que esa agrupación fue creada en el 2004 por miembros de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua), y como secretario general aparecía el general retirado José Luis Quilo Ayuso, vinculado con la política contrainsurgente en el período más oscuro del país. Señala como uno de sus secretarios generales adjuntos al general retirado Luis Miranda Trejo, exdiputado del FRG, organizador de ex patrulleros civiles como base social del riosmonttismo y uno de los coordinadores del Jueves Negro en el 2003. Asíes ubicaba como uno de los vocales del FCN a Pedro García Arredondo, exjefe del Comando Seis, condenado a 90 años de prisión por la masacre de la Embajada de España y otros 70 años por la desaparición forzada del estudiante Édgar Sáenz Calito, ocurridos en los años 1980.

ESTOS SERÍAN LOS ACOMPAÑANTES políticos de Morales. Quizá el comediante puede considerarse un outsider, pero su vinculación con un partido como el FCN representaría un paso atrás en la búsqueda de democracia porque la vieja guardia castrense, la línea dura, gobernaría el país en caso él ganara los comicios. Esa sería la razón de que Morales diga que cree correcto que el Ejército continúe su apoyo a la seguridad civil, que esté de acuerdo con la pena de muerte y que rechace la vigencia de los acuerdos de paz. ¿Será que Morales rechaza a la Cicig al igual que sus compañeros castreses? ¿Cómo podría garantizar Morales su lema de “Ni corrupto ni ladrón” si la dirigencia política que lo acompaña la conforman altos jefes militares retirados, muy cercanos a los también jerarcas castrenses que desde la Dirección de Inteligencia del Ejército cooptaron las aduanas desde 1978 y que fueron el germen de esas mafias que ahora corroen al Estado. ¿Cómo podría garantizar Morales que ese pasado que lo envuelve no representaría un retroceso para el país?

@hshetemul

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.