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      El drama de la guerra en Siria, bajo el Obelisco

      La instalación del “living” de una casa de Aleppo en medio de las galerías del subte B, impacta a quienes se atreven a mirar. La historia de Sham, la nena que huyó de las bombas que destruyeron su casa en Damasco. FOTOGALERIA

      El drama de la guerra en Siria, bajo el ObeliscoEntrar a Siria. De eso se trata. Son pocos segundos, unos tres pasos, mirar por la ventana y todo vuela por el aire. Explosión, humo, polvo, muerte. Ruidos, escombros que caen en techos de chapa, nubes de destrucción que dejan ver detrás un cielo celeste intenso. / AFP PHOTO / JUAN MABROMATA

      Entrar a Siria. De eso se trata. Son pocos segundos, unos tres pasos, mirar por la ventana y todo vuela por el aire. Explosión, humo, polvo, muerte. Ruidos, escombros que caen en techos de chapa, nubes de destrucción que dejan ver detrás un cielo celeste intenso. Todo se termina en ese instante en ese barrio de la devastada Aleppo. Uno se pregunta, ¿ese día, cuántos habrán muerto? ¿Habrán sido decenas, o quizás cientos? Uno se imagina con desesperada incertidumbre que chicos, mujeres, hombres, ancianos, mamás, papás, hijos, abuelos, tíos, amigos, todos estaban ahí. Se avanzan otros tres pasos y el impacto quedó guardado, aunque uno siga camino a donde sea por el subte porteño. De eso se trata esta iniciativa de Amnistía Internacional, de generar conciencia y experimentar en esos segundos cómo sería si tuviéramos que vivir en Siria.

      La instalación de esta especie de living de una casa cualquiera de Aleppo en medio de las galerías que conectan la línea B con la D y la C de subtes, debajo del Obelisco, genera tristeza, impacto, y algunas lágrimas a quienes eligieron tomarse esos segundos para experimentar la sensación de vulnerabilidad que desata un conflicto armado. “Es crudo, pero es la realidad. Lo que estamos viendo es sólo una proyección multimedia y vivirlo en carne propia debe ser mucho más shockeante. No tenemos ni idea lo que pasa allá. Nosotros realmente estamos viviendo una estupidez”, aseguró Jonathan. “Es algo muy fuerte que uno no espera ver en estos lugares. Me hizo un poco mal”, contó su amiga entre lágrimas.

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      “Me parece una aberración lo que está pasando. Sentí impotencia”, contó Rodrigo. “Es impactante porque es lo que viven otras personas en otras partes del mundo y que nosotros podríamos vivir también”, relató Luisina.

      Amnistía Internacional armó un stand en el subte que emula una casa siria en el momento de detonación de bombas
Foto Emiliana MiguelezAmnistía Internacional armó un stand en el subte que emula una casa siria en el momento de detonación de bombas Foto Emiliana Miguelez

      En Siria murieron desde que comenzó la guerra en marzo de 2011 unas 300.000 personas. Y hay en el mundo unos 60 millones de sirios que se vieron obligados a desplazarse. Uno de ellos es Fadi Ali, de 38 años, que llegó a la Argentina como refugiado hace casi siete meses. Dejó Latakia junto a su su mujer, Hanan, y sus dos hijos, Jad, de 7, y Raya, de 2. Todos se instalaron en una casa en el barrio de Belgrano. Junto al Comité de Ayuda a Refugiados Sirios de Argentina, Fadi se enteró de la iniciativa de Amnistía y a primera hora de la mañana entró al “living” de Aleppo.

      “Es una idea muy importante y muy buena para mostrar a la gente de Argentina que está pasando en Siria. Pero un minuto no alcanza, creo que necesitamos más películas para mostrar. La destrucción total en Siria no se ve en una casa vacía. La destrucción total está dentro del corazón de las familias. Las familias pierden hijos, pierden padres, pierden madres, pierden su futuro”, dijo Fadi.

      Que esta instalación pueda verse en el subte desde el 19 al 27 de septiembre tiene coincidencia con un momento en el que en Nueva York la Asamblea General de la ONU debate sobre el futuro de los refugiados.

      Amnistía Internacional armó un stand en el subte que emula una casa siria en el momento de detonación de bombas
Foto Emiliana MiguelezAmnistía Internacional armó un stand en el subte que emula una casa siria en el momento de detonación de bombas Foto Emiliana Miguelez

      “La idea es permitir que la gente que transita por el subte viva una experiencia virtual de lo que se ve por una ventana en una casa en Siria. Elegimos la destrucción de un edificio, pero simboliza la destrucción de un país, pero sobre todo de vidas”, explicó Leah Tandeter, Coordinadora de Política y Justicia Internacional de Amnistía.

      Entre alfombras afganas, turcas, persas; mantas, narguiles (un dispositivo típico de la región usado para fumar), hay portarretratos. En uno está Sham, una nena refugiada siria que tiene seis años y quedó atrapada junto a su mamá y su hermano en el puerto del Pireo, el principal de Atenas, Grecia.

      Sham huyó de las bombas que destruyeron su casa en Damasco y emprendió el terrorífico viaje hacia Europa en una lancha neumática. Tuvo la suerte de no morir ahogada en el Mediterráneo. Llegó a Grecia y ahí quedó atrapada. Junto a su mamá y su hermano nunca pudieron reunirse con su papá, que meses antes había llegado a Alemania. En el territorio continental griego hay 46.000 refugiados, a los que se suman otros 6.000 distribuidos en las distintas islas. Viven hacinados, entre suciedad, plagas y enfermedades.

      Amnistía realiza esta actividad en el marco de la campaña “Te doy la Bienvenida”, con el objetivo de difundir la situación que tienen que vivir las personas refugiadas y lograr que se respeten sus derechos humanos. Así, durante varios días este pedacito de subte porteño acercará a quien quiera escuchar o sentir la tremenda situación de gente que en el peor de los casos muere en la guerra o ahogada en el Mediterráneo y en el mejor queda atrapada en un país en condiciones deplorables, como le pasa a Sham y a toda su familia.


      Sobre la firma

      Eugenia Perrella

      eperrella@clarin.com

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