POR: ADRIANA CHICA GARCÍA
La organización sueca renunció a contactarse directamente con el cantautor, quien mantiene su silencio. Leonidovich y Sartre, los únicos que no han aceptado esta distinción.
El silencio de Bob Dylan mantiene la controversia desde el pasado jueves 13 de octubre cuando le fue concebido el Nobel de Literatura 2016. Ayer, la Academia Sueca renunció a comunicarle directamente la distinción –tradicionalmente entregada a escritores–, que por primera vez gana un cantautor. Mientras, se sigue especulando sobre un posible rechazo.
A sus 75 años, Robert Allen Zimmerman –su verdadero nombre– es uno de los músicos más influyentes de la historia, solo comparable con el dúo Beatles de Lennon y McCartney. Este año, además, se le suma el máxima galardón del mundo entregado a las letras; mientras autores de referencia literaria como Virginia Woolf, Milan Kundera, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Federico García Lorca y Frank Kafka –por nombrar algunos– nunca recibieron uno.
Según el fallo de la Academia, el premio a Dylan es por haber creado “nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”. Pero hoy la institución se ve entredicho hasta por su premiado, quien no se ha referido al galardón. Incluso, el día del anuncio tuvo un concierto en Las Vegas donde el silencio primó en su presentación.
Representantes de la institución han hablado con el agente del músico y con otras personas de su entorno, pero no han podido hablar con Dylan. Después de cuatro días de intentos fallidos, decidieron solo esperar a que el cantante asista a la ceremonia de premiación el próximo 10 de diciembre en Estocolmo.
“Tengo un presentimiento de que puede venir. Puedo equivocarme, y claro que sería una pena que no viniese, pero en cualquier caso la distinción es suya y no podemos responsabilizarnos de lo que pase ahora. Si no quiere venir, no vendrá, será una gran fiesta igual”, afirmó Sara Danius, secretaria de la Academia Sueca.
¿Qué pierde sin el Nobel?
Mientras envejecía, el químico, ingeniero, inventor y fabricante de armas sueco Alfred Nobel –famoso principalmente por la invención de la dinamita y quien registró en vida 350 patentes– preparó su testamento para que se repartiera, cada año, entre personas que aportaran a la humanidad, sin importar la nacionalidad.
De esa forma comenzaron los premios en 1901 –cinco años después de la muerte de Alfred–, con el dinero que legó y que cada año recibe ganancias de un fondo de inversión para luego ser otorgado a los ganadores del Nobel en sus 6 categorías: física, química, medicina, economía, literatura y paz.
Así que además de un diploma y una medalla, de ser ciertas las sospechas de rechazo, Dylan perdería un suculento cheque. Desde el 2012 hasta la actualidad, ese dinero rondaría los 8 millones de coronas suecas, aproximadamente unos 887 mil euros. Aunque no parece mayor suma para el músico, que cobra por concierto entre 150 mil y 300 mil dólares.
¿Otro rechazo?
Los premios Nobel no pueden ser devueltos, ni quedar sin efecto; simplemente no es posible ser despojado de un galardón después de que se concede. Si Dylan decide finalmente no aceptar el premio, se ‘uniría’ a las únicas dos personas que lo han rechazado: Boris Leonidovich Pasternak y Jean Paul Sartre.
El novelista y poeta moscovita Leonidovich recibió el Nobel de Literatura en 1958 por sus logros en la poesía lírica contemporánea y en la tradición épica rusa. Aunque inicialmente lo aceptó, fue obligado a renunciar al honor por las autoridades soviéticas.
Por su parte, en 1964 se le otorgó el premio al filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre, uno de los principales exponentes del existencialismo, por obras como El ser y la nada, donde expone una tesis en esta materia, que tiene sus raíces en lo que significó para Europa la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial. Pero lo rechazó por su política de rehusar cualquier tipo de distinción, porque “los lazos entre el hombre y la cultura deben desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones”.