No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
(Foto de Luhema)
Descubre desde el silencio tu mundo sensorial porque sirve
para que la monotonía se convierta en un caleidoscopio de colores, en un
carrusel de emociones y en un caudal de percepciones. Pero lo que
verdaderamente te libera del hastío está más allá de eso, tienes que conquistar
un territorio que no te engatuse o seduzca con los destellos de lo
intranscendente, y adentrarte en la tierra sagrada, tierra de los hombres sin miedo, buscadores
de lo eterno, porque allí habita la esencia balsámica, que sosiega, tranquiliza,
libera, aúna y cura toda herida.
©Luhema
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