SUFRAMOS POR CAUSAS JUSTAS

1Pedro 3:17 dice: pues es mejor padecer por hacer el bien, si así es la voluntad De Dios, que por hacer el mal“.

Tres grandes verdades destaco de este pasaje.

  1. Primera verdad: ningún cristiano está exento de problemas, o sufrimientos. No existe ninguno que pueda decir que vive sin problemas porque mentiría. Todos absolutamente todos, desde el pastor mas reconocido, hasta el hermano más desconocido, puede vivir tiempos de zozobra, y angustia. Por ello, si una persona dice: “ven a Cristo y Él acabará con todos tus problemas”, definitivamente no está siendo sincero. Está vendiendo humo. Porque Jesús mismo dijo: “en el mundo tendrán aflicciones…” Por tanto, que quede claro que mientras no estemos en presencia de Dios, siempre estaremos expuestos al sufrimiento y al dolor.

Sin embargo Pedro está diciendo que si has de sufrir que sea por una causa justa, y esa causa es Cristo. Pedro le escribió a una iglesia perseguida, una iglesia martirizada y alejada de casa. Le escribió a una iglesia que estaba siendo acusada injustamente por el gobernante en turno. Una iglesia que estaba sirviendo de chivo expiatorio de un crimen que no había cometido. De esa cuenta entonces, los sufrimientos eran inevitables.

Pero Pedro deja claro, que por esta clase de circunstancias si vale la pena sufrir. Porque Cristo no es una causa perdida, es la mejor causa que una persona puede seguir. Si tú eres misionero y estas siendo perseguido, te digo, estas sufriendo por hacer el bien. Si eres pastor y estas atravesando tiempos difíciles, animo, estas sufriendo por hacer el bien. Si eres líder y estas experimentado pruebas difíciles, sigue adelante porque es por una buena causa. Sin importar lo que hoy vivas, no te desanimes, Dios está contigo.

  1. Segunda verdad, la Soberanía De Dios es permisiva. Hay circunstancias que parecieran estar fuera del alcance de las manos De Dios, pero no es así. En la Biblia tenemos pasajes que nos demuestran de qué manera la Voluntad de Dios es permisiva. Tenemos el caso de Job, Dios permitió que Satanás lo hiriera con una serie de padecimientos, y no de cualquier tipo, pero en su tiempo lo restauró a causa de su fidelidad. Otro caso, el más importante, Nuestro Señor Jesucristo. Dios permitió que en su pasión el padeciera todo tipo de dolor, burlas, golpes, ofensas, escupitajos, etc., porque esa fue Su Voluntad. De no ser así, jamás hubiera dejado que alguien pudiera hacerle daño, o atentar contra la Vida de su Unigénito Hijo.

 En otras palabras estoy diciendo que Dios permite el sufrimiento de sus hijos si es esa su voluntad. Y no porque sea malo, o injusto, o despiadado, sino porque Él conoce que estas situaciones adversas sirven como crisol para purificar su fe (1Pe 1:6). Y quien más que Pedro para saberlo, pues Jesús mismo le advirtió que al igual que a Job, el diablo había pedido permiso para zarandearlo pero Jesús anticipadamente había orado para que la fe de Pedro no fallara y luego de pasada la prueba fortaleciera a sus hermanos (Lc 22:31-32) y todos sabemos cómo fue transformado Pedro, nada más que se volvió el líder principal de la iglesia primitiva.

Dios también puede permitir circunstancias sociales, puede permitir gobiernos rebeldes, abusivos, puede permitir dictadores como vemos en Latinoamérica y otros países, puede permitir malos gobernantes, puede permitir legisladores que defiendan a los animales pero permitan los abortos como recién ocurre en Chile. Puede permitir que se promulguen leyes que impulsen a los homosexuales a vivir a su manera, como lo vemos en USA y otros países que están a favor de este movimiento.

Dios permite todo eso no porque sea un flojo, o esté de acuerdo. Para nada, ni es flojo y para nada estará de acuerdo con tales aberraciones pues Él es un Dios tres veces Santo. Dios desea que todos los hombres vengan al arrepentimiento y al conocimiento de su verdad, pero esta opción tiene fecha de caducidad. Llegará un día, el día grande, donde Él les aplicara su Ley Justa a cada uno de aquellos que decidieron vivir bajo sus propias normas de conducta y entonces ahí será el lloro y crujir de dientes.

  1. Tercera verdad: también se puede sufrir por causas incorrectas. Así como se puede sufrir por causa del Señor Jesucristo, una buena causa como se dijo previamente, también se puede sufrir por causa de acciones pecaminosas. Es decir, se pueden sufrir las consecuencias de una vida desordenada, o pecaminosa. Judas sufrió por traicionar a Jesús. Ananías y Safira sufrieron por tratar de engañar al Espíritu Santo, en el A.T. vemos a Sansón sufriendo por incumplir su voto, y así tantos y tantos personajes que nos pueden servir de ejemplo que sufrieron las consecuencias de sus malas decisiones. Esto para Pedro es lo que considera causas por las cuales no vale la pena sufrir.

En conclusión, mientras estemos en esta tierra, el sufrimiento será parte de nuestras vidas. Dios puede permitir el sufrimiento en nuestras vidas, si es esa su voluntad. Y creyentes como no creyentes estamos expuestos a sufrir con la única gran diferencia que los creyentes saben que Cristo intercede por ellos, que el Espíritu Santo los consuela y no los deja huérfanos. Y sobre todo que un día ese sufrimiento terminará y se transformará en un gozo eterno cuando estemos en presencia de Dios.

Mi deseo es que si estas atravesando tiempos adversos, sean en Cristo y por Cristo y no a causa del pecado. Recuerda todo sufrimiento es temporal, un día el dolor se convertirá en gozo. La tristeza en alegría. Y la angustia en regocijo por toda la eternidad.

Me despido como siempre diciéndote: haz tu lo posible y deja que Dios haga lo imposible.  

 

 

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