La frase más premonitoria del periodismo colombiano fue escrita por Orlando Sierra Hernández en una de sus columnas del diario La Patria: “cogito, ergo, ¡pum!”.
Era, como se puede ver, una parodia de la frase de Descartes: “cogito, ergo, sum”. Es decir, “pienso, luego existo”.
Al concluir con el sonido onomatopéyico de un disparo, el periodista Orlando Sierra transformó la sentencia en algo como “pienso, luego muero”.
Y al poco tiempo fue asesinado.
Sierra solía usar ese tipo de citas porque había estudiado filosofía. En la redacción repetía esta frase célebre de Aristóteles: “soy amigo de Platón, pero soy todavía más amigo de la verdad”.
Era su forma de subrayar que por encima de su compromiso como periodista no estaba nadie.
También invocaba esta...