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Local legendario

El mítico restaurante del Grao "Casa Calabuig" cierra tras 112 años de historia

Los camareros del local de la avenida del Puerto, que llevaban cuatro meses sin cobrar, aseguran que la dársena «está muerta»

El mítico restaurante del Grao "Casa Calabuig" cierra tras 112 años de historia

La historia de uno de los legendarios locales de la ciudad de Valencia se interrumpió ayer tras ciento doce años de actividad. El bar Antigua Casa Calabuig , situado en un precioso edificio modernista al final de la avenida del Puerto, en el número 336, bajó ayer sus persianas definitivamente, según comunicó uno de los empleados. La «deslocalización» de la clientela y una dársena «muerta» han ido apagando la llama de un negocio herido de muerte, explicó José Juan López, ya que los trabajadores llevaban cuatro meses sin cobrar después de que el último gestor se desentendiera del histórico establecimiento hace dos meses.

Los camareros de Antigua Casa Calabuig asumieron hace unos meses la gestión del bar, no sólo para salvar sus puestos de trabajo, sino también la historia de este mítico local del Grao de Valencia. En una carta remitida a este periódico explican que la «apatía e incompetencia» del último gestor del establecimiento llevaron a una situación crítica al centenario negocio.

Desde entonces, los empleados han atendido a la clientela «de la mejor manera posible dada las circunstancias y hasta el último momento», pero ante la insostenible viabilidad económica del bar, ayer decidieron bajar definitivamente las persianas. La celebración de grandes eventos en la dársena de Valencia, como la Copa del América o la Fórmula 1, supusieron un balón de oxígeno para la salud financiera del establecimiento, aunque José Juan López reconoce que aquello fue «pan para hoy y hambre para mañana».

«Por motivo de las ampliaciones y la finalización de los eventos nuestra habitual clientela se ha deslocalizado „explica en su carta remitida a este periódico el camarero„ . La distancia que existe entre nuestros habituales clientes se ha hecho muy larga: la terminal de Transmediterránea que la teníamos en frente se ha marchado lejos y los pasajeros no vienen; los muelles se han hecho kilométricos y los portuarios no vienen; las fuerzas de seguridad tienen nuevos asentamientos dentro del recinto portuario y no vienen. La dársena está muerta», asevera el trabajador. «Así pues, nos hemos quedado sin lo más preciado y precioso que tiene un bar que es su clientela», lamenta.

José Juan López asegura que llevaba 35 años trabajando en Antigua Casa Calabuig y la delicada situación que ha terminado con el cierre del bar le ha obligado a marcharse, al igual que sus compañeros «con una mano delante y otra detrás». Con todo, el camarero espera que el cierre no sea definitivo. «Sigo enamorado de mi barco y espero que sea reflotado, que vuelva a navegar , y deseo subir a bordo un día como pasajero y que haya otra orquesta tocando y otro capitán a bordo porque, al fin y al cabo, lo importante es el barco», concluye en su emotiva misiva.

Este periódico comprobó ayer que el bar Casa Calabuig estaba cerrado y algunos negocios vecinos confirmaron el triste desenlace del centenario establecimiento hostelero. Algunas fuentes explicaron que parte de la plantilla ha estado de baja esta semana, lo que podría haber acelerado su cierre definitivo, ya que en principio la clausura estaba planeada para el mes de septiembre.

El local, pese a sus 112 años de historia, conservaba buena parte de su antiguo mobiliario, que lo convertía en un lugar casi único en Grao de Valencia. Abría a las seis de la mañana y cerraba cada día de madrugada, y estaba especializado en desayunos y almuerzos para la más variopinta clientela. Los trabajadores del puerto y otras instalaciones de la dársena ya no frecuentaban con tanta asiduidad el local, que durante un tiempo gozó del favor de los turistas.

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