Maduro purga Pdvsa para asegurarse la reelección indefinida

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

El madurismo acaba de dar un paso más hacia una dictadura sin fecha de caducidad. En una supuesta ofensiva contra la corrupción ha activado la caza y captura de sus rivales políticos internos. Su principal objetivo parece ser Rafael Ramírez, actual embajador de Venezuela e la ONU, amo y señor de la petrolera estatal en vida de Chávez.

03 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde la madrugada del pasado jueves se encuentran detenidos y acusados de corrupción Eulogio del Pino y Nelson Martínez, los que hasta unos días antes habían ocupado los cargos de ministro del Petróleo y presidente de Pdvsa, ambos afines a Ramírez.

La medida viene precedida del arresto de seis ejecutivos de CITGO, la filial de la petrolera estatal venezolana que opera en Estados Unidos, donde controla tres refinerías y 6.000 estaciones de servicio. Al frente de la misma han puesto a Asdrubal Chávez, primo del Comandante.  A ellos hay que sumar otras sesenta detenciones anteriores desde agosto y puede hacerse extensiva a otras 16 más,  altos  ex altos cargos de la petrolera contra los que el Fiscal General de la República designado por la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente ha cursado otras tantas órdenes internacionales de detención. 

Analistas venezolanos independientes ven en estos arrebatos de saneamiento como un "golpe maestro” del madurismo para purgar adversarios dentro de las filas del chavismo y consolidarse en el poder. Rafael Ramírez tuvo el atrevimiento de cuestionar públicamente la caótica política económica de Maduro.

¿Por qué ahora

Que el chavismo ha institucionalizado la corrupción en Venezuela con la petrolera estatal como su epicentro, no es un secreto para nadie desde hace años, dentro y fuera de Venezuela.

No es casual que que estas razzias coincidan con el anuncio de que Maduro se presentará a la reelección  en las presidenciales a celebrar el próximo año, a pesar de que no todas las facciones del PSUV, el partido en el gobierno, lo consideren el candidato más idóneo y menos para ganarlas limpiamente.

Eliminando los principales rivales políticos internos, un ligero alivio de la presión internacional, que llevaría implícito un respiro financiero, serán determinantes para su afán de permanencia en el poder. Ese parece ser también el fin último del encuentro celebrado este fin de semana con representantes de una parte de la oposición en esa supuesta mesa de diálogo de San Domingo. en la que oficia como maestro de ceremonias el español Rodríguez Zapatero.

La supuesta purga de Pdvsa puede servir también para ablandar un poco a los acreedores internacionales y así evitar o aplazar la asfixia financiera en la que está sumida una de las economías más caóticas del mundo avocada a una inflación del 2.300% en el 2018, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional.

Si además en Santo Domingo el madurismo le retira el veto a la entrada en el país de la ayuda humanitaria internacional, que en estos momentos es la principal reivindicación de la oposición y pude contribuir aliviar la penuria que está sufriendo la gran mayoría de la población venezolana que sigue en el país porque no tiene a donde ir, entonces la vuelta de la democracia a Venezuela irá para rato.

A esa conclusión están llegado cada día más observadores de la realidad socio-política venezolana, incluso muchos de los que ya desde que el ungido del Comandante logró pasar la reválida de las urnas solo por puntos y, sobre todo, desde la estrepitosa derrota en las elecciones parlamentarias de hace dos años.

Lo cierto es que desde entonces Maduro se las arregló para eludir un referendo revocatorio que sabía que perdería si lo convocaba, dejó fuera de juego a la Asamblea Nacional en la que tiene mayoría abrumadora la oposición, resistió tres meses de presión popular en la calle con un centenar largo de muertos fruto de la represión, impuso una ilegítima Asamblea Nacional Constituyente, incluso logró dividir y enfrentar a la oposición con la convocatoria de elecciones regionales y ganarlas por goleada y ahora se acaba de hacer con el control absoluto de la petrolera estatal que es casi la única la única fuente de ingresos del país y de la que según la investigación parlamentaria de la Asamblea Nacional, desaparecieron unos 11.000 millones de dólares en los los años 2004 y 2014.

Los ases en la manga de Maduro

Son muchos los que se preguntan ¿cómo un personaje tan gris ha sido y sigue siendo capaz de articular una estrategia tan eficiente para su supervivencia, especialmente cuando le pilló de lleno y con las arcas públicas vacías la caída de los precios del petróleo?, ¿Cuáles son los ases que oculta en la manga? No han sido los pajaritos que según él la susurraban al oído los mensajes del difunto Comandante. Los datos disponibles permiten pensar que Cilia Flores, su pareja y/o esposa ha jugado y sigue jugando papel clave en la sombra.

En la ejecución de la misma el protagonismo han sido los militares. No solo 14 de sus 32 ministros proceden del ámbito castrense, también ha colocado en puestos claves de la vida nacional a uniformados a las órdenes de Vladimir Padrino. En sus manos puso la importación y distribución de alimentos -los famosos Claps o bolsas de comida con las que trata de ganarse a la población más necesitada- y ahora acaba de entregarles, la presidencia de Pdvsa, la joya de la corona, que queda en manos de Manuel Quevedo, un general en cuyo currículo  no costa nada que tenga que ver con el petróleo o la gerencia empresarial, pero sí que fue uno de los implicados en la fallida asonada golpista de 1992 encabeza por Chávez.

Compartiendo el poder político y económico con los militares, en realidad está aplicando el modelo cubano. Así, se guarda las espaldas y evita que los agraciados se sientan tentados a hacer valer por la fuerza la legalidad constitucional.

Alumno de Xi Jinping y de Putin

En el tema de la corrupción  Nicolás Maduro no hace más que seguir, aunque con retraso, los pasos de sus colegas y aliados Xi Jinping y Vladimir  Putin.  El líder de la República Popular China, primero como secretario general del Partido Comunista en noviembre de 2012 y a continuación como presidente de ese país desde marzo de 2013 inició una masiva e inesperada campaña anticorrupción que ha dejado un saldo de más de un millón de funcionarios destituidos e incluso muchos de ellos en la cárcel. De esa gigantesca cifra 170 han sido ministros y altos cargos del Gobierno o del Partido.  Dada la ausencia de autonomía de los tribunales de justicia chinos, como ocurre en Venezuela, los analistas extranjeros han visto esta campaña como una estrategia en la consolidación del poder unipersonal de Xi Jinping.

En Rusia, Putin, nada más llegar al poder, emprendió casi de inmediato una campaña contra los oligarcas rusos, un grupo de personajes que mediante la arbitraria y nada transparente privatización de las grandes empresas exsoviéticas de la era de Yeltsin se habían enriquecido casi de la noche a la mañana. Putin los consideró una amenaza a su propio poder y los anuló.

Ambos ejemplos, según el analista venezolano Pedro Benítez de alnavio.com, confirman que en los regímenes autoritarios la corrupción es un arma de doble filo: sirve para mantener cohesionado el aparato de poder interno, pero también como venganza política.

Si las cosas siguen por estos derroteros a los venezolanos, salvo imprevistos o una intervención de la biología, como ocurrió con el Comandante eterno, van a tener madurismo para rato.