Estado Español: Ganemos, en la calle y en las urnas

El desarrollo de las plataformas de unidad municipales GANEMOS está concitando la atención y el entusiasmo de los trabajadores y activistas y, al mismo tiempo, la lógica preocupación de la derecha que, ante la posibilidad cierta de perder el gobierno de muchas ciudades importantes, se ha apresurado a presentar una reforma electoral ad hoc para tratar de retener el poder en dichos ayuntamientos.

Crisis de régimen

ganemos 250Las plataformas Ganemos surgen directamente del periodo de luchas sociales más amplio y extenso de los últimos treinta años, que ha generado a su vez procesos de unidad en la lucha, como el que condujo a las Marchas de la Dignidad. La crisis de régimen que vemos en el Estado español es el producto de la aguda crisis social y política que vive la sociedad, causada por la crisis económica y los brutales ataques y recortes sociales que sufren la clase trabajadora y demás sectores populares. La oposición y el malestar popular ante estos ataques han tomado cuerpo en las incesantes y extraordinarias movilizaciones populares y protestas de masas de los últimos 4 años, que han sido el motor del terremoto político que sacude el país.

Un hilo conductor de todos los movimientos que se han sucedido en el Estado Español, desde la explosión del 15M hasta el desarrollo de Ganemos, es la idea de participación. Capas cada vez más amplias, sobre todo de la juventud, están decididas a tomar su destino en sus manos, participando directamente en la elaboración de propuestas políticas, en la organización de las movilizaciones en la calle y, en esta etapa, en la lucha por el poder institucional. Esto es un hecho enormemente progresivo, al que los marxistas nos tenemos que acercar sin prejuicios ni dogmatismos.

Desde la presentación de Guanyem Barcelona en junio, la plataforma barcelonesa y otras han organizado actos centrales y en los barrios que han congregado a miles de personas, muchas de las cuales se han apuntado para participar directamente en los grupos de trabajo que están llevando adelante su actividad organizativa y programática. La reivindicación de la democracia participativa hunde sus raíces en la crisis de la democracia “representativa”, la democracia burguesa del capitalismo, que te da la libertad de votar cada cuatro años mientras sean los consejos de administración de los bancos y de las grandes empresas quienes decidan lo que realmente pasa. La gente ya está harta de eso, quiere poder para decidir sobre su futuro; a lo mejor no sabe lo exactamente lo que quiere, pero sí tiene muy claro lo que no quiere: paro, miseria, recortes, corrupción, autoritarismo… Para los marxistas, la lucha por una democracia participativa es inseparable de la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad, y es muy positivo que esta cuestión esté en el centro del debate.

El miedo y el nerviosismo que provoca esta situación en la derecha y los poderes fácticos están poniendo en evidencia su propia debilidad. Además de la consabida campaña por parte de la Brunete mediática, amenazando con las Siete Plagas de Egipto si los “antisistema” se hacen con algo de poder, el gobierno prepara una reforma de la ley electoral para posibilitar que el cabeza de la lista más votado sea elegido alcalde automáticamente, con sólo el 40% de los votos. Esto no sólo es percibido como una trapacería antidemocrática de la derecha, sino que está teniendo el efecto contrario al que se pretendía: está fortaleciendo las tendencias hacia la unidad de todas las fuerzas políticas y movimientos opuestos a las políticas de la troika, y está logrando que esa unidad sea percibida como una necesidad urgente por las masas.

La izquierda y las plataformas Ganemos

La dirección de Izquierda Unida se ha comprometido públicamente a participar e impulsar las plataformas Ganemos. El Frente Cívico, a iniciativa de Julio Anguita, publicó el 19 de julio su “Acuerdo para la confluencia social y política en un programa ciudadano”. El secretario general del PCE, José Luís Centella, recogió el guante el 20 de agosto. Éste posicionamiento público del principal dirigente de la fuerza hegemónica en IU significa que, al menos una parte importante de la dirección de IU, percibe que no queda más remedio que sumarse a los Ganemos, lo que es una demanda de la mayoría de militantes y simpatizantes, para intentar mantener nuestra representación en los municipios donde se desarrollen estos procesos de confluencia, mientras que muchos militantes de base de IU vemos en los Ganemos una posibilidad de recuperar la conexión de nuestra organización con la calle y los movimientos sociales.

Las últimas encuestas, sin excepción, señalan una pérdida creciente de apoyo a IU entre los electores en beneficio de Podemos. La última encuesta, publicada por la Cadena Ser para Andalucía, sitúa a Podemos como tercera fuerza política en la región con un 18,1%, superando ampliamente a IU, que quedaría cuarta con un 8,8%. Así mismo señala que un 41,5% de los que votaron a IU en 2012 suspenden la gestión del gobierno bipartito en la Junta, frente a sólo un 29,3% que la aprueba. Y al mismo tiempo, un 75,6% de los votantes de IU y un 76,8% de los que votarían a Podemos apostarían por un frente único de IU, Podemos y los movimientos sociales para gobernar Andalucía. Esto es un ejemplo de que la unidad no resta votos, sino que, al contrario, puede multiplicarlos.

En cuanto a Podemos, el grupo promotor aplaza cualquier decisión sobre confluencia y política de alianzas hasta después de su asamblea fundacional de octubre. Aun así, ya ha habido gestos como anunciar que no presentarán candidaturas en todos los municipios y de que se van poner en marcha mecanismos que, entre otras cosas, eviten que los círculos municipales puedan presentarse por su cuenta a las elecciones. Además de todo esto, es un hecho natural que muchos activistas que participan de los círculos de Podemos, participen también en las plataformas ganemos de su municipio, entendiéndolas como un espacio de unidad.

Como señala la encuesta de la Cadena Ser para Andalucía, la inmensa mayoría de los potenciales votantes de Podemos apuestan por el Frente Único con la izquierda y los movimientos sociales, y las plataformas Ganemos representan ese frente único en el terreno municipal. Por eso no entendemos la ambigüedad del compañero Juan Carlos Monedero, al dejar caer la posibilidad una candidatura de Podemos en Madrid, encabezada por él mismo. Ganemos Madrid se presentó en junio y está recabando numerosos apoyos entre los activistas, las organizaciones y los simpatizantes y votantes de Podemos. Ante la posibilidad de ganar el ayuntamiento de la Capital, ni los activistas ni las masas entenderían que Podemos se presentara por su cuenta para medirse con Ganemos u otra lista de izquierdas. La división del voto rupturista traería como consecuencia una nueva victoria del PP y el descrédito de las organizaciones que no hayan apostado sin reservas por la unidad.

Construyamos el Frente Único para ganar

En nuestros primeros análisis sobre los resultados de las europeas ya planteamos la necesidad de un frente único de la izquierda y los movimientos sociales para derrotar a la derecha. Las plataformas Ganemos pueden ser una concreción de ese frente en el terreno de la política municipal. Ganemos puede ser una pata en el frente institucional, como las Marchas de la Dignidad en el frente de la movilización, de un frente único amplio de la izquierda social y política, de las organizaciones políticas y sindicales, de los movimientos sociales, para plantar cara a las políticas de la oligarquía y hacer avanzar la conciencia y la organización de la clase trabajadora.

Ganemos puede demostrar, si todos ponemos de nuestra parte, que es perfectamente posible organizar candidaturas de unidad, encabezadas por figuras conocidas y respetadas del movimiento, y organizadas en base a un programa de defensa de lo público, democracia participativa y transformación de la sociedad. Y puede demostrar que una candidatura construida desde abajo puede batir a los partidos del régimen.

Las elecciones municipales son enormemente importantes en nuestro país. No olvidemos que la Segunda República vino tras la victoria de la conjunción Republicano–Socialista en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Hoy se pueden disputar al régimen muchas ciudades importantes y eso, en éste contexto, sería un salto enorme a la hora de derrotar al moribundo régimen del 78. Los marxistas de Lucha de Clases nos sumamos con entusiasmo a esta tarea.

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