Los grandes empresarios trasladan a Rajoy el malestar con sus políticas
El presidente enarbola el discurso de la recuperación pero elude los compromisos
Los grandes empresarios valencianos trasladaron ayer en primera persona al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su malestar con unas políticas que han desatendido a la Comunidad Valenciana. Rajoy acudió —acompañado del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá— a un almuerzo con los integrantes de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) para hablar de la recuperación económica y se encontró con el hartazgo de una clase empresarial que le explicó que la imagen de la Comunidad Valenciana está muy alejada del tópico del “Levante feliz” que sigue utilizando la Administración del Estado.
El presidente de AVE, Vicente Boluda, fue el primero en dirigirse al presidente del Gobierno para plantear las razones del malestar: “el poco peso y la poca atención de los sucesivos Gobiernos de España; la mala imagen absolutamente exagerada y utilizada a nivel político para desprestigiar; la insuficiente inversión del Gobierno en la Comunidad Valenciana; la ralentización o falta de priorización de infraestructuras clave para España; la infrafinanciación y el déficit hídrico”.
Tras él tomaron la palabra otros empresarios que utilizaron igual o mayor tono reivindicativo. El presidente de Mercadona, Juan Roig, cuestionó el centralismo de las políticas del Gobierno y que toda su gestión se centre en Madrid, según fuentes presentes en la reunión. Una opinión en la que también abundó el propietario de Importaco, Francisco Pons, que expresó su malestar por el enfrentamiento que mantiene Madrid con Cataluña y que perjudica sobremanera la actividad de los empresarios valencianos.
Cuestionan el centralismo del Gobierno y su política territorial
Pons argumentó, además, que si el Estado traspasará la financiación que le corresponde a la Comunidad Valenciana la Generalitat no arrastraría el déficit que acumula por la falta de recursos para afrontar sus servicios básicos.
Otras de las voces insistieron también en la necesidad de que el Estado mejore sus inversiones en la Comunidad Valenciana, especialmente para que no se retrasen infraestructuras consideradas prioritarias como el corredor ferroviario mediterráneo.
El presidente de la Fundación Pro-AVE, Federico Félix, remachó la importancia del corredor, según fuentes de los asistentes.
El jefe del Ejecutivo asume la prioridad del corredor mediterráneo
Las respuestas del presidente del Gobierno a los empresarios provocaron la división de opiniones. Unos se dieron por satisfechos, otros por resignados. Tras enarbolar el discurso de la recuperación económica que ya había perfilado por la mañana en su visita a la factoría de Ford en Almussafes, Rajoy admitió que el corredor mediterráneo es una prioridad para España y que la unión entre Castellón y Tarragona era “muy razonable” pero no se comprometió a acelerar el calendario previsto por el Gobierno que fija la llegada del AVE a Castellón para finales de 2015 y la conexión con Alicante en el primer semestre de 2016. Un calendario que las adjudicaciones realizadas de los tramos de obra afectados hacen difícilmente viable.
También admitió Rajoy, que estaba acompañado por el ministro de Industria José Manuel Soria, que el corredor Sagunto-Zaragoza es importante y que el Gobierno está trabajando en el mismo.
Respecto a la deficiente financiación autonómica de la Comunidad Valenciana y el cambio de modelo, el presidente del Gobierno admitió que queda pendiente para la próxima legislatura. Rajoy alegó —como ya hizo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el pasado sábado, en un almuerzo con empresarios valencianos— que el retraso en la revisión del modelo se había producido por motivos presupuestarios por lo que se abordará a partir de 2016.
Durante su intervención, Rajoy puso el acento en las buenas previsiones económicas de España en 2015 y la comparación con la situación que heredó hace tres años. En tono relajado, el presidente respondió a todas las preguntas e insistió en que la bondad de sus políticas se verá con mejor nitidez este año.
Crece la tensión en modo espera
La visita de Rajoy a la Comunidad Valenciana, lejos de apaciguar las aguas en el seno del PP, sirvió ayer para elevar la tensión interna. La negativa de Génova a desvelar ya el nombre de los candidatos autonómicos y el mutismo del presidente del Gobierno durante su visita a Valencia enrarecieron el ambiente de lo que tenía que haber sido uno de los grandes actos de precampaña del Consell.
El presidente del Gobierno cuidó las formas hasta el extremo pero evitó cualquier palabra que pudiese ser interpretada como la confirmación de que Fabra será el candidato. Fue Moncloa quien se encargó de organizar la visita a Ford y quien decidió que Rita Barberá se sentara justo detrás del presidente Rajoy, mientras Fabra ocupaba su puesto a la derecha del jefe del Ejecutivo y del presidente mundial de Ford. Fue Moncloa también el departamento que decidió que estuviese presente junto a la alcaldesa de Valencia, el presidente provincial del partido, Alfonso Rus. Ni a una ni al otro, según fuentes del PP, les tuvo en cuenta ni Presidencia de la Generalitat, ni la Delegación del Gobierno, que dejaron la organización en manos de Moncloa. Con este clima previo, Fabra optó, como él mismo dijo hace unos días, por colocarse “en modo espera” y en no cometer ningún error que frustre su nominación. Tanto, que se vio sorprendido cuando Rajoy le hizo un gesto para sumarse a una foto, no prevista inicialmente, con el equipo directivo de la multinacional Ford al acabar el acto.
Sin embargo, la batalla por la candidatura autonómica se ha convertido ya en una batalla de desgaste, porque a medida que avanzan los días cada vez está más asumido que Fabra será el cabeza de cartel.
