Fue capital de la provincia Bética de la Hispania romana. Allá por el siglo II A.C. los romanos la conquistaron tras la batalla de Ilipa, dando paso a una de las etapas de mayor esplendor que ha vivido Córdoba en su larga y compleja historia. Ahora, por segundo año consecutivo, la ciudad rinde homenaje a una de sus épocas más doradas con la organización del Mercado Romano en el entorno de la torre de la Calahorra, uno de los lugares más emblemáticos de la capital; que a orillas del Guadalquivir comparte junto al Puente Romano, el Arco del Triunfo y la fachada de la Mezquita-Catedral la fotografía que por antonomasia ocupa todas las postales de los turistas.

Después de que el pasado jueves más de 400 personas estuvieran ultimando los preparativos y supervisando el montaje de los 170 puestos que este año intervendrán en el evento, el mercado dio ayer su pistoletazo de salida a las 12:00; con la inauguración que corrió a cargo de la delegada de Fiestas y Festejos del Ayuntamiento de Córdoba, Amalia Caracuel. La edil popular insistió en que "este año le hemos puesto mucho cariño a la organización", que ha contado con el patrocinio de la empresa Cruzcampo y para la que se ha destinado un presupuesto de 80.000 euros. A pesar de que la cifra de visitantes de 2014 - año en el que se traslado el mercado de la plaza de la Corredera por cuestiones de seguridad - alcanzó la cifra de 250.000 y no dejó para nada insatisfechos a los organizadores del evento, Caracuel espera que se superen estas cifras, ya que "tenemos la experiencia adquirida de la anterior edición y hemos incluido mejoras y novedades". No obstante, todos lo tenían claro, el tiempo va a ser un factor crucial que determinará el éxito de este mercado. Esa fue la razón por la que, durante la mañana de ayer, la mayoría de los vendedores de los 170 puestos no dejaban de mirar con cierta preocupación las nubes negras que irrumpían en el cielo de la capital y que amenazaban buena parte de sus ingresos. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las precipitaciones irán remitiendo hoy conforme avance el día. Las previsiones de la agencia apuntan a que la lluvia hará acto de presencia con casi total seguridad hasta las 12:00, mientras que a partir del mediodía las probabilidades irán disminuyendo hasta dejar cielos despejados durante la noche. Para mañana, según la Aemet, el sol brillará durante la mañana y la tarde, por lo que todo apunta a que este será el día grande del mercado en el que se registrará mas asistencia.

En cualquier caso, a pesar de que la tarde de ayer fue empeorando y dejó algunas precipitaciones, durante la mañana el tiempo se portó bien con el mercado y los actos de inauguración se pudieron desarrollar con total normalidad. De esta forma, pasados diez minutos del medio día, la comitiva de apertura comenzó a desfilar desde la Puerta del Puente hasta el Parque de Miraflores, al ritmo de una música interpretada con instrumentos musicales antiguos. Sacerdotisas, legionarios, gladiadores y, cómo no, el imponente César, saludaban e interaccionaban con un público que los recibía de buen agrado. Esta fue la primera de las 65 animaciones diarias que se desarrollarán en el mercado, en las que un total de 12 compañías teatrales compuestas por más de 100 artistas tratarán de darle al entorno del Guadalquivir un cariz que recuerde a los años del gran Imperio.

Cerca de las 13:00, el mercado ya comenzó a llenarse de cordobeses y turistas con el objetivo de imbuirse de este ambiente del pasado y de visitar algunos de los numerosos puestos, instalados en un perímetro de unos dos kilómetros que abarca desde el Puente Miraflores hasta las cercanías del hotel Hesperia. Los tenderetes ambulantes, como no podía ser de otra manera, estaban regentados por unos vendedores que ya desde por la maña lucían con todo tipo de indumentaria romana: sandalias, capas, túnicas, togas y coronas de laurel formaban parte de la vestimenta principal de los comerciantes, que dispensaban un gran abanico de productos diferentes. Desde pulseras y colgantes artesanos, hasta gladius inspirados en el antiguo Imperio Romano, pasando, como es evidente, por todo un amplio catálogo de alimentos que tentaban a más de uno de los visitantes que ayer se dejaron caer por el entorno de la Torre de la Calahorra.

Uno de los vendedores, Mateo Carrasco, que comercia con todo tipo de Hierbas Naturales, comenta que aunque en 2014 no pudo asistir a este evento en Córdoba, sí lo hizo durante varios años cuando el mercado estaba instalado en la plaza de la Corredera, por lo que no puede comparar el nivel de ingresos obtenidos en ambos lugares. No obstante, subrayó que "Córdoba suele portarse bien, y si el tiempo no lo estropea tenemos buenas expectativas de negocio".

En esta misma línea, Jorge, de origen gallego, destaca que en esta ciudad "suelo hacer bastante dinero en relación a otras capitales de España; por que aquí sólo se celebra esta iniciativa una vez al año, a diferencia de otros lugares". Además, subraya que lleva viniendo al mercado de Córdoba más de 7 años, y aunque la Corredera le gusta más como entorno geográfico, en la zona del Puente Romano ha obtenido más beneficios, "ya que aunque está un poco más alejado del centro neurálgico tiene más opciones de aparcamiento". Jorge también destaca que uno de los trucos para hacer dinero en este tipo de eventos es ofrecer al público "algo diferente a lo que pueda encontrar en un supermercado, por que esta es la única forma de que paguen por ello". Por esta razón, comenta que vende quesos "de primera calidad que están en su punto exacto de curación".

Conrado es otro de los comerciantes, se dedica a vender ambientadores aromáticos realizados por él mismo a base de "parafina y aceites esenciales" por un precio de 5 euros. Con relación al número de ventas, destaca que "el año pasado la gente respondió y que Córdoba suele estar en la media de las ferias buenas españolas".

El Mercado, que durará hasta mañana por la noche, contempla también exposiciones de maquinarias, más de 30 talleres y una quincena de propuestas teatrales; todas ellas enfocadas a revivir el espíritu de la grandeza de la Corduba Romana.