Ricitos de oro y los 3 osos

La payasa Cuchufleta se va al bosque a pasar un fin de semana otoñal. Oye unos gritos de socorro, y consigue sacar de un agujero a Papá Oso. Así es como se conocerán, harán buenas migas, y éste le explicará que le empujó una niña rubia. Papá Oso, en agradecimiento a Cuchufleta, le invita a cenar a su casa, y así podrá presentarles a su mujer y a su hijito. Descubre una tierna historia en la Sala Cabanyal del Teatro la Estrella.

Cuchufleta y Papá Oso se despiden hasta la noche. En ese momento, aparece por allí Ricitos de Oro haciendo de las suyas. Cuchufleta le llama la atención por el ruido que está armando en el bosque. Se pelearán, se reconciliarán y deciden jugar al escondite, pero Ricitos se las apaña para dejar a Cuchu atada a un árbol. Continúa la historia en casa de los tres ositos. Mamá Osa y Osito están en casa, preparando la cena y esperando a Papa Oso. Llega Papá Oso y les cuenta todo lo que ha pasado, con Cuchufleta y con la niña rubia.

Deciden poner la tele, a ver si dicen algo de Ricitos. Como Cuchu tarda mucho, van a buscarla al bosque, y allí la encuentran atada al árbol. Mientras tanto, Ricitos entra en la casa y se pone a destrozarlo todo, y cuando termina de tan agotada se queda dormida. Cuchu y los tres osos llegan a la casa y se la encuentran patas arriba. Con la ayuda de los niños conseguirán asustar a Ricitos y que salga huyendo.