­Antònia Ramon, intérprete de lenguaje de signos y fundadora y voluntaria de la Asociación de Sordos y Amigos de Ibiza y Formentera, sorprendió el viernes por la mañana a dos estafadores que estaban recaudando dinero en nombre de esta agrupación.

Ramon, que además es presidenta de la Plataforma Sociosanitaria, estaba desayunando en una cafetería de la calle Canarias cuando un chico se acercó a su mesa y le mostró una carpeta con un papel. «En él explicaba que recogía dinero para la asociación de sordos de Ibiza y pedía que indicaras tu nombre y especificaras la cantidad que aportabas», explica. A Ramon aquello le olió a chamusquina, así que intentó preguntarle, en lenguaje de signos, qué estaba haciendo.

«Pero no entendía nada», señala. «Le dije que mejor salíamos fuera e intenté agarrarle la carpeta, pero salió huyendo», explica Antònia Ramón, que asegura que el chico no era sordo: «Me dijo ´suelte señora´ y echó a correr».

La voluntaria de la asociación detalla que se trataba de un chico joven al que acompañaba una chica de aproximadamente la misma edad. Por el acento del hombre cuando le gritó que soltara la carpeta en la puerta del local, Ramon, cree que se trata de personas nacidas en algún país de la Europa del Este.

Antònia Ramon explica que, por lo que vio en la hoja que el chico le mostró en la cafetería, habían recaudado ya «algo más de 120 euros». «No pude ver mucho más porque al descubrir quién era me arrancó la carpeta de las manos», lamenta la voluntaria, que tiene intención de denunciar el caso a la Policía. Además, le hubiera gustado salir corriendo detrás de la pareja y retenerlos hasta que llegaran los agentes, pero no podía alcanzarlos.

La presidenta de la Plataforma Sociosanitaria asegura que la asociación de sordos se nutre únicamente de subvenciones y ayudas de instituciones. «No pide dinero nunca a la gente», insiste. Ramon pide a las personas que, antes de hacer donaciones a alguna asociación, se aseguren de que las aportaciones van directamente a la agrupación. En este caso, por ejemplo, en la hoja no figuraba el nombre correcto de la asociación de sordos ni el número de registro. Además, recuerda que siempre pueden llamar a las asociaciones para asegurarse.

«Por lo que me han contado, están yendo por toda la isla», indicó la intérprete de lenguaje de signos, que explicó que al contarle a su hermano lo que le había pasado éste le confesó que hace unos días les había dado dinero. «Pensó que era para nosotros y lo dio de buena fe», comentó Antonia Ramon.

Timadores con «mala suerte»

La voluntaria cree que esta pareja utiliza la asociación de sordos y no otra porque así «tienen excusa para no dar explicaciones, ya que nadie intentará preguntarles nada porque muy poca gente conoce el lenguaje de signos». Ramon no puede evitar una sonrisa al pensar en la «mala suerte» del chico: «Con la cafetería llena y tiene que venir a pedirme dinero precisamente a mí, que soy de la asociación».

Ésta no es la primera vez que una asociación de las Pitiusas denuncia que están utilizando su nombre para engañar a la gente apelando a la solidaridad. En los últimos años, especialmente cuando se acerca la época navideña, varias agrupaciones han alertado de que personas ajenas a ellas pedían a los comercios si podían hacer aportaciones para rifas. Esos desaprensivos suelen aprovechar algún acto benéfico (jornadas, comidas populares o espectáculos) organizado en breve para ir de establecimiento en establecimiento pidiendo colaboración.