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Otro ‘canalla’ contra Amat

El máximo referente del partido del gobierno en la provincia de Almería, Gabriel Amat Ayllón, ha llamado “canalla”  varias veces al periodista de El País que publicó esta semana un supuesto pelotazo dado por Don Gabriel en Torrecárdenas. Respondía Amat a interpelaciones de IU y Ciudadanos, con el PSOE mirando para otro lado o jugando a los marcianitos.

Por cierto, sociológica y políticamente, está resultando muy entretenido para el tendido comprobar el comportamiento de los medios y la clase política almeriense a cuenta de este escándalo. Unos lo inflan artificialmente, sin duda debido al periodo de celo electoral, otros lo minimizan ridículamente  en sus titulares. Todo sea para que no se resienta la cuenta de explotación de algunos medios.

Gabriel Amat, con semblante serio y circunspecto, se despachó a gusto contra uno de los periodistas del Equipo de Investigación del rotativo de Prisa. Tachó varias veces como “canalla” al reportero tras exculparse de las acusaciones contra él que se vierten o deducen en el reportaje publicado. Un supuesto pelotazo de cuatro kilos con supuesta información privilegiada.

El viejo general que tantas batallas ha ganado, por vez primera, está dando la sensación de tener vertigo y algo de miedo. Se sabe un cadáver politico amortizado, que durarás con más o menos influencia, mientras dure la trayectoria de Javier Arenas. Uno y otro conforman la pareja más extraña, estrambótica y sospechosa del panorama politico andaluz. Y Bonilla no traga al cacique de la política almeriense. 

Amat ha entrado en una fase muy parecida por la que atravesó Juan Enciso, meses antes de ser detenido e ingresado preventivamente en prisión por la Operación Poniente. Fue cuando Enciso entró en el cuerpo a cuerpo con los periodistas

En el PP de Almería la renovación generacional parece imparable, aunque se quede solo en eso, en que los que se jubilan o cambian de puesto dejan a sus respectivos herederos, pero no quieren escándalos. Los que llegan quieren administrar sus tiempos y los esculpidos a navaja, que los habrá. Un lampedusiano bucle al que parece estar condenada la política en la provincia de Almería.

Amat, de un tiempo a esta parte, detesta sin ocultarse a los periodistas que no están sometidos a su dictado, especialmente a aquellos que, encima, publicamos sus problemas judiciales a cuenta de denuncias de la sociedad civil vía Amayt.

El jefe de filas del PP, presidente de Diputación y alcalde de Roquetas, ha entrado en una fase muy parecida por la que atravesó Juan Enciso, meses antes de ser detenido e ingresado preventivamente en prisión por la Operación Poniente. Fue cuando Enciso entró en el cuerpo a cuerpo con los periodistas; nos insultaba día sí, día también, e incluso proclamaba que fulanito o menganito  el periodista estaba condenado por pinchazos telefónicos, siendo mentira.

En ese nivel parece situado a día de hoy el Sr Amat, consciente como es de lo complicado que le va a resultar explicar con todo lujo de detalles documentales lo sucedido con su finca cercana al centro comercial Bogaris, que tanto ha dado que hablar y seguirá dando.

Al Sr Amat se le ha acabado el tiempo en el que con cuatro llamadas silenciaba desde Almería una información adversa, personal o políticamente. “Los del internet”, como despectivamente denomina a quienes ejercemos el periodismo en la red, no tenemos bozales. Y la gente se ha empezado a dar cuenta hace ya mucho tiempo. Amat debe comparecer y entregar a la opinión pública los papeles que justifiquen la limpieza de su operación en Torrecárdenas. Solo así evitará que este tema se convierta en un llamativo pim pam pum de la campaña.

Pepe Fernández.
editor@confidencialandaluz.com