Una alcaldesa del PSC crea el mayor pelotazo postcrisis con 26 rascacielos

L’Hospitalet prepara la mayor operación urbanística tras la burbuja para construir 26 hoteles y oficinas de 26 plantas

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El mayor pelotazo urbanístico tras la crisis inmobiliaria de 2008 está apadrinado por una alcaldesa socialista que trabaja a marchas forzadas para construir una mole de rascacielos en la entrada de Barcelona.

La alcaldesa Núria Marín avanza con la mayor transformación inmobiliaria de España tras la crisis al otorgar a los propietarios de terrenos calificados como zonas verdes la participación en la construcción de 26 edificios de oficinas y hoteles que ocuparán 125.000 metros cuadrados.

El plan avanza en los despachos del ayuntamiento socialista y en la Generalitat liderada por el Pdecat, a pesar de que la construcción masiva de rascacielos cuenta con la oposición de todos los grupos municipales (salvo el partido socialista), y el rechazo de la Autoridad Metropolitana de Barcelona (AMB) y del Parlament de Cataluña.

El plan ya acumula al menos tres recursos en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y dos de ellos ya han sido admitidos a trámite. El primero está liderado por el grupo municipal de Esquerra Republicana de Catalunya y la asociación ecologista Depana. El segundo ha sido impulsado por el grupo Canviem L’Hospitalet, que ha elaborado un completo listado de objeciones al proyecto urbanístico.

“Nos parece un insulto a los vecinos con necesidad de vivienda que el ayuntamiento solo piense en los grandes intereses económicos de unos pocos. Es la continuación de una vieja política urbanística que prima el beneficio de los inversores inmobiliarios por encima del interés general. Y es especialmente grave porque este plan lo hace a costa de zona agrícola de Can Trabal, áreas verdes y suelos municipales”, explica Ana González, concejal de Canviem.

Atajo por la Generalitat

Frente al rechazo de todas las fuerzas municipales, el proyecto urbanístico no pasará por el pleno municipal, donde el gobierno de la alcaldesa socialista Núria Marín, sin mayoría absoluta, tendría el rechazo casi asegurado.

La construcción masiva de rascacielos ha sido declarado como proyecto de interés supramunicipal, una categoría que permite a la alcaldesa aprobar el proyecto sin ningún tipo de aval municipal. Basta con el visto bueno del departamento de Territorio de la Generalitat, en manos convergentes, para impulsarlo.

El proyecto ha sido analizado por un abogado urbanístico que colaboró de forma activa a desmantelar la trama de corrupción urbanística en el centro de Barcelona durante los años de gestión socialista.

“El ayuntamiento argumenta que el beneficio para la ciudad es la creación de un parque metropolitano. Para ello, lo normal hubiese sido que se expropiaran los terrenos a precio de terreno rústico. Pero prefirieron que los propietarios que han comprado recientemente terrenos en la zona –tal  vez informados de este proyecto— tengan participación en el desarrollo urbanístico de los nuevos rascacielos”, explica Bautista Sotelo, el abogado urbanístico que trabajó en el recurso.

Nueva política urbanística

Los gobiernos socialistas del área metropolitana de Barcelona, que diseñaron grandes proyectos de desarrollo urbanístico antes de la crisis, casi siempre construyeron viviendas de protección oficial para beneficiar a los vecinos más desfavorecidos y con dificultad de acceso a la vivienda. Eran estas viviendas las que justificaban todos los grandes pelotazos.

Pero la construcción de viviendas sociales ya no es ninguna prioridad para el ayuntamiento que sólo quiere construir hoteles, residencias temporales y oficinas.

 “No se va a construir ni un solo edificio de viviendas. Tan sólo se prevé un uso restringido destinado a residencial no permanente (hoteles y residencias de estudiantes vinculadas al campus). El resto serán oficinas o empresas”, ha explicado el ayuntamiento socialista a este diario.

“No superan la vieja política del tocho y de beneficiar a constructores e inmobiliarias. La alcaldesa quiere vender L’Hospitalet como el nuevo Brooklyn. Se desvive por unos segundos en la televisión para contar este tipo de desarrollos urbanísticos”, explica Miguel García, quien fue amigo personal de la alcaldesa y que ahora preside el grupo de Ciudadanos.

La amenaza de Esquerra

Pero tanto la alcaldesa como su equipo quieren avanzar en el proceso sin que las críticas lo paralicen. De hecho, el ayuntamiento asegura que ya ha tomado en cuenta las objeciones y alegaciones y ha modificado el proyecto. Uno de los principales argumentos es la creación de empleo alrededor de los centros de los hospitales de Bellvitge.

Con la construcción de rascacielos, están convencidos de que crearán empleo de calidad y habrá mucha más investigación y desarrollo. “Es nuestra apuesta por la investigación, el desarrollo y la innovación. Un tipo de actividad que aporta un gran valor añadido y crea empleo de calidad”, explican desde el ayuntamiento.

El grupo de Esquerra en el parlamento catalán ya se ha pronunciado en contra del proyecto. Uno de sus portavoces ha advertido a este diario que si el partido llega a gobernar Cataluña, activarán los mecanismos legales para detener el plan. El partido cree que ya terminó el tiempo de la especulación urbanística. Las prioridades deben ser otras. 

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