"Tengo trabajo y soy pobre". Con esta frase resume Manuel Puerta, de 45 años, su situación. Lleva ocho días en huelga de hambre apostado en la fachada del Rectorado de la Universidad. Su intención es denunciar que lleva seis años cobrando 645 euros como auxiliar de apoyo de vigilante jurado en una empresa.

"Esto no me permite mantener dignamente a mi familia. Llega un momento en el que ya no ves perspectivas y te preguntas qué estas haciendo", explica.

Así, que hace algo más de una semana se instaló en la calle para pedir "una solución". En la empresa , asegura, le despiden y contratan "a su antojo" y pese a tener el título de vigilante jurado prefieren emplearlo como auxiliar de apoyo para pagarle menos.

Manuel, casado y con dos hijas de 18 y 10 años, se considera "uno de tantos españoles que malvivimos, hasta que ya no se puede más". Ha sido autónomo y ha trabajado en la construcción. "La cosa iba más o menos bien y nos compramos una casa en Ambroz", relata.

Después, todo cambió: "Perdí la vivienda porque no podía pagar la hipoteca y nos tuvimos que ir de alquiler". Su nuevo hogar le cuesta 400 euros mensuales. "Así que no queda mucho para lo demás", dice.

Ahora, lo peor es ver a la familia sufrir por estar en huelga de hambre. "Pero es lo que había que hacer", apostilla. Hoy por la mañana, varios de sus compañeros y vecinos de la zona han acercado para prestarle apoyo.