denuncia , discriminación , libertades , noticias , politica , Salud , sexo , sociedad , violencia Miércoles, 25 noviembre 2015

En el Día de la NO violencia contra la mujer, te recordamos que tenemos un Congreso misógino

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Todo sigue igual. Foto: Twitter

A pocas horas de conmemorarse en Día Internacional de la NO violencia contra la Mujer, por segunda vez en la historia, el proyecto que intenta despenalizar el aborto para embarazos causados por violaciones sexuales, inseminaciones artificiales o transferencia de óvulos no consentidos ha sido archivado. Con seis votos en contra y cuatro a favor, la Comisión de Constitución rechazó la norma, mandándola al olvido nuevamente.

1. ¿Quiénes a favor y en contra?

Antes de cualquier cosa, te contamos quiénes fueron los congresistas que lo apoyaron y quiénes lo rechazaron. Primero los que dijeron que .

«Respaldaron la norma con su voto los congresistas , Fredy Otárola y Santiago Gastañadui de la bancada Gana Perú; Rosa Mavila de Acción Popular–Frente Amplio; y Sergio Tejada de Dignidad y Democracia.».

Y ahora los que dijeron que NO. 

«Votaron en contra Javier Velasquéz Quesquén de Concertación Parlamentaria; Julio Gagó, Martha Chávez, Luz Salgado y Aldo Bardales de Fuerza Popular, y Javier Bedoya del Partido Popular Cristiano-Alianza para el Progreso.».

Creemos que los nombres de los votantes en contra de la despenalización no sorprenden en absoluto. Sin embargo, las declaraciones posteriores de algunos de ellos resultaron «interesantes» (por no decir otra cosa). Una de ellas, como ya estabas sospechando, fue la de Martha Chavez. 

  • La congresista fujimorista Martha Chávez no respalda este proyecto de ley porque considera que alienta el aborto de manera general.
  • De aprobarse la norma, dijo que permitiría que las mujeres pueden denunciar libremente que son víctimas de violación sexual y practicarse un aborto sin que exista una denuncia previa.

Sin comentarios.

2. ¿Y ahora qué va a pasar?

Obviamente, esta es la pregunta que todos se vienen haciendo desde que la ley pasó al olvido.

3. Batalla perdida

Ojo, dijimos «batalla», no guerra. El debate por la despenalización del aborto por violación, al igual que la Unión Civil entre personas del mismo sexo, es un tema cuya urgencia permanecerá constante en el tiempo.

Bajo ese esquema, rebatiremos, en 3 breves pasos, los puntos más álgidos y repetidos hasta el cansancio por los legisladores que se opusieron a la aprobación del proyecto. El último punto se centra en un asunto que no ha sido nombrado en medio del debate de ayer pero que resulta tan importante que no podemos dejar de mencionarlo: la pobreza como consecuencia inmediata de la penalización del aborto.

Escribe: Diana Chávez

1. «Aborto no. Vida sí»

El gran centro del debate fue la falta de sensibilidad con un problema tan traumático como el embarazo no deseado que se produce tras una violación. La argumentación de los congresistas se concentró en “la defensa del derecho a la vida de la persona” y el uso de este argumento tiene dos graves errores:

El primero, es que pierde de vista el proyecto de vida de la mujer violada y que el embarazo producto de una violación no se produce por una falta de cuidado o un error de planificación familiar, sino por un hecho traumático de violencia ajeno a su voluntad.

El segundo, es que se distorsiona antojadizamente el concepto de “persona”, que de acuerdo a nuestra legislación, lo es recién desde el nacimiento.

2. «No hay violación dentro del matrimonio» Somos Pakistán

Es sorprendente cómo, además, a medida que el debate fue avanzando, otros temas que cualquier persona ya creería zanjados en el 2015 reaparecieron. Así, un congresista cuestionó la existencia de la violación dentro del matrimonio. Esta afirmación plantea dos alternativas: que las mujeres perderían la capacidad de manifestar su voluntad para mantener relaciones sexuales una vez casadas o que el problema no se produce.

También refleja que el congresista no leyó el dictamen que se debatía, que decía en la primera hoja que de acuerdo a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2012) el 7.9% de las mujeres alguna vez fue obligada a mantener relaciones sexuales con sus esposos o parejas en contra de su voluntad. En Cusco, este porcentaje supera el 18%. Lamentablemente, este pensamiento está recogido en la regulación actual, pues tal como están las cosas, se impone una pena menor (3 meses de pena privativa de libertad) por los abortos que se hayan producido por violaciones fuera del matrimonio. Es decir, abortar es una conducta “más grave” si estás abortando un hijo producto de una violación o una inseminación no consentida dentro del matrimonio. La norma, tal como está, desconoce la libertad sexual y la dignidad de las mujeres casadas.

3. Penalizar el aborto = pobreza

Quien afirma que la penalización del aborto afecta a las mujeres más pobres, tiene razón: afecta, en primer término, a las mujeres que no pueden acceder a un aborto seguro y discreto, arriesgándolas a morir. Pero además causa que el Estado active todo su sistema represivo contra ellas. Esto, si bien no necesariamente las manda a la cárcel, sí les origina antecedentes penales, y esa es para una de las grandes consecuencias prácticas del archivo del proyecto que nadie mencionó en el debate: generarle antecedentes penales a una víctima de violación que aborta puede volver pobre a la mujer que no lo era, porque puede bloquear su acceso a oportunidades de empleo formal. No es ningún secreto que el primer filtro para acceder a un empleo es no tener antecedentes penales. La sanción por abortar no es moral y no es simbólica: hace eterno e irrompible el ciclo de pobreza.