Este sábado el portal WikiLeaks y el diario The Intercept publicaron nuevas evidencias del espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense contra 29 miembros del Gobierno de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, incluyendo el teléfono del avión presidencial.
Se conoció que además de Rousseff, la nueva lista de objetivos de la NSA incluye al secretario ejecutivo Nelson Barbosa, del Ministerio de Hacienda; Luiz Awazu Pereira da Silva, un alto funcionario del Banco Central de Brasil y Luiz Eduardo Melin de Carvalho e Silva, exJefe de Gabinete del Ministerio de Finanzas.
En la lista también figuran el jefe de economía y finanzas del Ministerio de Relaciones Exteriores, Luis Antonio Balduino Carneiro; el exministro de Asuntos Exteriores y embajador en Estados Unidos, Luiz Alberto Figueiredo Machado; y Antonio Palocci, quien anteriormente se desempeñó como Jefe de Gabinete y ministro de Hacienda, tanto de Dilma, como durante el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
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El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, afirmó en la página que las revelaciones de este sábado demuestran que Estados Unidos "tiene un largo camino por recorrer para demostrar que la vigilancia a los gobiernos ‘amigos’ ha terminado".
Si la presidenta Rousseff quiere ver más inversión estadounidense en Brasil como resultado de su reciente viaje, ¿cómo puede asegurar a las empresas brasileñas que sus homólogos estadounidenses no tendrán la ventaja proporcionada por esta vigilancia?", cuestionó Assange.