El filósofo y pedagogo José Antonio Marina acaba de publicar un nuevo libro, El talento de los adolescentes (Ariel), en el que, frente al tradicional modelo pesimista que presupone que la adolescencia es una etapa "turbulenta, de crisis y de conductas de riesgo", consolida una nueva teoría, denominada el Nuevo Paradigma, que dice que es "un tiempo privilegiado para el aprendizaje" y para "la adquisición de posibilidades".
- El Defensor del Profesor aprecia un repunte de las conductas agresivas del alumno hacia el profesor. ¿Cómo se explica esto?
- Quien educa es el centro entero, no sólo el profesor. Un centro que decide que no haya problemas graves de disciplina lo logra en dos años, con personal encargado, comisiones de mediación y un sistema de normas que se consensúa desde el primer día. Por otro lado, estamos detectando un problema, que es que están aumentando ciertas patologías o problemas serios en la infancia y adolescencia y en muchos casos no hay una detección precoz, como ocurre en otros países. No está organizado bien el sistema de detección y los casos de agresividad que no se controlan antes de los nueve años van a más. Si no se tratan bien, los chicos se hacen más violentos en Secundaria y luego algunos tienen conductas delictivas.
- ¿A qué son debidas las faltas de respeto al profesor?
- A que no nos hemos tomado en serio el intento de erradicarlas. Mantener la disciplina forma parte del trabajo del profesor y debe saber hacerlo. Otra cosa, y es un fenómeno nuevo, es que los padres se posicionan con más facilidad que antes de parte de sus hijos que de parte del profesor. Precisamente porque oyen muchas cosas acerca de la importancia que tiene su comportamiento en la educación de sus hijos, cuando el profesor reprende al alumno algunos creen que les reprende a ellos. Les sienta mal e intentan defenderse.
- ¿Se están produciendo conductas de indisciplina en los niños a edades cada vez más tempranas?
- Sí, es verdad que estas conductas se están desarrollando cada vez a menor edad.
- ¿Los adolescentes de ahora son más críos que antes?
- Yo creo que sí o, por lo menos, son adolescentes durante más tiempo. La adolescencia se ha prolongado mucho, hay un retraso de la independencia. Estamos infantilizando al adolescente por miedo a exigirle mucho. En principio, era una edad para que los niños no entraran tan precozmente en el mundo del trabajo, sino que se pudieran formar educativamente. Queriendo liberarles de las responsabilidades del trabajo nos confundimos y pensamos que debemos liberarles de todas las responsabilidades. Es un disparate.
- ¿La culpa de una mala adolescencia la tienen los padres?
- No sólo los padres. El grupo adquiere una importancia esencial. Influyen también los profesores, las costumbres ambientales, las posibilidades que tienen, los medios de comunicación...
- En su libro dice que los adolescentes están muy motivados para lo que les interesa. ¿Por qué sus intereses nunca coinciden con los de sus padres?
- Los intereses de los padres suelen ser a largo plazo y no acaban de encajar con los intereses a corto plazo. Los profesores debemos tener la astucia pedagógica para enlazar lo que nos parece importante con lo que al chico le interesa. A lo mejor no estamos de acuerdo con esos intereses, pero hay que ponerlos en valor.