¿Qué es la Listeria? 

Aunque está en distintos medios, suele contagiarse principalmente por contaminación alimentaria. 

¿Porqué es especialmente peligrosa en el embarazo?

Los cambios hormonales durante el embarazo producen un efecto sobre el sistema inmunológico de la madre. De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las mujeres embarazadas tienen una probabilidad 20 veces mayor que otros adultos sanos de contraer listeriosis. De hecho, aproximadamente un tercio de los casos de listeriosis ocurren durante el embarazo. La listeriosis puede ser trasmitida al feto a través de la placenta aún cuando la madre no presente signos de la enfermedad. Esto puede resultar en parto prematuro, aborto, muerte fetal intra, o problemas graves de la salud del recién nacido.

¿Qué síntomas podría tener?

La listeriosis puede producir síntomas como los de la Gripe con inicio súbito de fiebre, escalofríos, dolores musculares, y a veces, diarrea o malestar gástrico. La gravedad de los síntomas puede variar pero si la infección llega a comprometer el sistema nervioso central, los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, rigidez de nuca, confusión, pérdida de equilibrio o convulsiones.

¿Cómo se diagnostica?

Mediante un análisis de sangre. Se determina los anticuerpos de la Listeria Monocytogenes.

¿Qué puedo hacer para prevenirla?

Al igual que ocurre con la prevención de la Toxoplasmosis, deberemos tener en cuenta una serie de normas de higiene alimentaria:

• No comas salchichas «hot dog» , embutidos o carnes de las en establecimientos ambulantes salvo que estén recalentados hasta el punto de emitir vapor.

• No comas quesos blandos como feta, Brie, Camembert, quesos azules, queso de Burgos a no ser que estén pausteurizados. Se puede consumir, sin peligro, quesos duros, semiduros como mozarella, rebanadas de quesos procesados pasteurizados y productos pasteurizados para untar, quesos cremosos y requesón.

• No comas patés o productos de carne, para untar, refrigerados. Se pueden comer los patés y los productos de carne para untar enlatados o que han sido procesados para conservarse sin que se deterioren.

• No comas pescados ni mariscos ahumados salvo que sean ingredientes de un plato cocido como guisos o estofados. Entre ejemplos de pescados ahumados se incluyen salmón, trucha, pescado blanco, bacalao, atún y caballa que generalmente llevan en la etiqueta nombres como «estilo nova», «lox», «kippered», «ahumado» o «charqui». Estos pescados se encuentran en la sección de alimentos refrigerados o en la sección de fiambres de los supermercados o tiendas de fiambres. Los pescados enlatados como salmón o atún o los que son ahumados para evitar su deterioro se pueden comer sin peligro.

• No bebas leche cruda sin pasteurizar, ni coma alimentos que contengan leche sin pasteurizar.

¿Qué debemos hacer para evitar que nuestros alimentos se contaminen?

Debido a que la Listeria puede crecer a las temperaturas de refrigeración de 4ºC o más bajas, se aconseja:

• Utilizar lo antes posible todos los productos perecederos que estén precocinados o que vengan listos para comer.

• Limpiar con frecuencia los refrigeradores.

Para preservar los alimentos libres de bacterias dañinas cuando prepares la comida es importante recordar estas cuatro pautas básicas.

1. Limpiar

Lávate las manos a menudo y lava las superficies de tu cocina.

2. Separar

Impide la contaminación cruzada. Los grupos de alimentos deben separarse, especialmente aquellos que van a consumirse crudos (frutas, verduras).

3. Cocinar

Utiliza la temperatura adecuada.

4. Enfriar

Refrigera rápidamente los productos.