El Partido Verde y el abucheo al Cacomixtle

«Maldito lunes, porque el verde era un color no un basurero» Fernando Rivera Calderón (@Monocordio)

Antes de las elecciones fui al cine (pocas veces puedo hacerlo) y salí con una reflexión sobre el Partido Verde. Este grupo político no sólo está destruyendo las instituciones democráticas, también pone en peligro las prácticas de conservación de la naturaleza en el país. Aquí la explicación.

Gritos y silbidos, como en la lucha libre pero en el cine, y yo me les uno. Cargando 28 largos y fastidiosos minutos de anuncios antes de la película veo el segundo spot del Partido Verde en pantalla que habla de proteger a los bosques de la tala ilegal. Ahora me veo gritando a una pantalla llena de animales y plantas. Me sorprendo pues son a esos animales y plantas a los que he dedicado mi vida profesional. Pero ahí estoy yo en primer plano abucheando al cacomixtle.

No me sorprende esa aparente contradicción, pues no estoy abucheando la conservación de la flora y la fauna, sino al Partido que se aprovecha de esas imágenes para ganar capital político. Pero me pregunto a cuánta gente que está abucheando a la naturaleza no se le queda en el subconsciente que la conservación de la naturaleza es igual a ilegalidad y corrupción.

La ecología y la conservación de la naturaleza, como conceptos, tienen detractores que cruzan todos los órdenes ideológicos. Por el lado de la ultraderecha, la conservación es una piedra en el zapato para lo que ellos consideran desarrollo, que se traduce en la explotación de los recursos en favor de algún tipo de industria. Así lo prueban las arengas contra el Cambio Climático esgrimidas por el Partido Republicano en Estados Unidos. En México, la Reforma Energética y la Ley General de Aguas de Conagua son otra prueba. Pero los extremos se tocan, y para la ultraizquierda, la conservación es sólo para pueblos primermundistas que tienen suficientes recursos como para compartirle un pedazo a la naturaleza. Cuando el movimiento Zapatista estaba en su auge, se criticaba a las voces que pugnaban por la conservación de la Selva Lacandona, pues lo consideraban un concepto pequeño-burgués. “Los indígenas están pensando en cosas más importantes, como sobrevivir” decían.

Las personas que piensan así, no han notado que somos parte de la naturaleza, que no estamos haciéndole un favor al conservarla, sino asegurando nuestro futuro. La destrucción de la naturaleza reduce los servicios ecosistémicos que son de los elementos más democráticos: son gratis y son para todos. Sin embargo, cuando se pierde un servicio ecosistémico como el agua, una persona marginada sufre por su escasez, mientras que la persona con mayores recursos contrata una pipa, al costo que sea necesario.

El Partido Verde abarata el concepto de conservación al mostrar imágenes de bosques talados y animales sufriendo que sólo mueven a la víscera pero no al entendimiento del problema. Deliberadamente, su dedo flamígero apunta sólo a los grupos débiles que no se pueden defender: los circos y las pequeñas comunidades que talan bosques para obtener madera o cultivar. Pero nunca apuntan a las poderosas industrias que están causando la mayor devastación ecológica: la minera, la turística y la constructora.

El público en el cine se da cuenta del chantaje y lo suma a las ilegalidades que ha hecho el Partido Verde. Este partido que hace del cinismo una forma de vida, violando la ley y negándolo mientras lo hace. Como ejemplo reciente están los llamados a votar por el Partido Verde del Director Técnico de la Selección Nacional, varios jugadores y artistas de Televisa y TVAzteca en época de veda electoral. Por ello, la gente en el cine abuchea las imágenes de flora y fauna como una forma de protesta simbólica. Estas protestas hacia el partido pueden convertir a la gente en un detractor más de la conservación al asociarla con un grupo que promueve la corrupción e impunidad. Por ello, este Partido no sólo le ha hecho un daño dramático a la democracia de este país al convertir una institución política en negocio familiar, promoviendo la impunidad como un valor; también le puede estar haciendo un daño irreparable a los conceptos de conservación y ecología al tergiversarlos y asociarlos con sus prácticas corruptas. Ojalá éste no sea el caso, pero por el daño que le están haciendo al país en su democracia y ecología es urgente que se le quite el registro al Partido Verde.

Publicado en: Animal Político y Ecoosfera

Por: Luis Zambrano (@ZambranoAxolote) y Fernando Córdova (@FerCordovaTapia)