<img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion162/pag86graf1.png" align="right" style="margin-right:10px" />Además, está rodeado de grandes volcanes activos, los cuales han generado zozobra para quienes habitan cerca de sus faldas. Y recibe la visita de fenómenos naturales como El Niño, que durante el primer semestre del 2017 llegó con torrentosas lluvias, ocasionando grandes daños. Inclusive, según fuentes oficiales, las lluvias de este año superaron las de 1998, debido a "terreno más débil, nuevas quebradas, e hidrología a por el 16A".<br /> <br /> Tomando en consideración el primer punto, a partir del terremoto de magnitud 7,8 que afectó principalmente a Manabí y Esmeraldas, y dejó 673 personas fallecidas, además de un costo económico estimado en pérdidas de USD 3.344 millones, es importante destacar el papel que jugó el sector asegurador para enfrentar las tareas de reconstrucción. El manejo prudente de los recursos de las aseguradoras y el capital extranjero proveniente de las reaseguradoras fueron dos factores que generaron suficiente solvencia para atender con eficiencia e inmediatez la tragedia.<br /> <br /> Desde la primera semana luego del siniestro, 30 empresas de este gremio, agrupadas en la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros (Fedeseg), realizaron pagos y anticipos a los afectados. También se concretaron acciones proactivas para atender la situación con brevedad, es así como pidieron a la Fiscalía del Estado datos de las personas fallecidas para posteriormente comunicar a sus familiares que sus parientescontaban con una póliza de seguro, detalle que muchos desconocían. “Alrededor de la tercera parte de los fallecidos en el terremoto contaba con seguro de vida”, señala <span style="font-weight: bold;">Patricio Salas, Secretario Ejecutivo de Fedeseg.</span><br /> <br /> Un informe de la misma institución, con corte al 17 de abril de 2017, detalla que un total de 39.863 siniestros causados por el sismo fueron reportados. De esta cantidad, se ha finalizado el trámite para 35.764 casos, en 17 provincias del país. El total del valor desembolsado es de USD 422,16 millones, sin embargo,el trámite para 4.099 casos pendientes, que traducidos a cifras representan USD 153,32 millones más por pagar. Es decir, el costo total del evento para el sector asegurador asciende a USD 575,47 millones.<br /> <br /> <img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion162/pag88graf1.png" align="right" style="margin-right:10px" /> Los seguros de incendio y líneas aliadas constituyen el 90% de las reclamaciones a nivel nacional. Salas indica que estos contratos amparan edificios y contenido, tanto de uso particular como comercial e industrial, y fueron los activos más afectados por el terremoto.<br /> El detalle de seguros indemnizados en Manabí y Esmeraldas se puede ver el cuadro a continuación:<br /> <br /> A escala mundial, los daños por catástrofe en 2016, supusieron el 0,24% del PIB global, así lo indica un estudio de Swiss Re Institute. La pérdida anual esperada no asegurada por terremoto, como porcentaje del PIB en Ecuador en 2016 fue del 0,49%, seguido de Chile con el 0,46% y Perú con 0,34%. Por el contrario, las pérdidas sin asegurar de Colombia representan el 0,1% de su PIB, mientras que de Brasil el 0,002%. Esto refleja que la porción más alta de pérdidas sin asegurar en la región corresponde a Ecuador y Chile, a pesar de su riesgo<br /> sísmico relativamente alto. Estas cifras varían entre países como respuesta a factores de cultura, normativas, y capacidadde pago para contratar un seguro. Si bien el terremoto de Manabí fue el evento más grave que ha enfrentado el país en las últimas 6 décadas, Ecuador también afronta otros riesgos de diversa índole. En este contexto, no hay que dejar de lado las repercusiones que el “Fenómeno de El Niño” trajo consigo durante el primer periodo de 2017. Fuertes lluvias afectaron al país en general, inclusive ciudades principales como Quito y Guayaquil se vieron perjudicadas. Inundaciones, deslaves y destrucción de viviendas e infraestructura dejaron afectaciones.<br /> <img src="https://admin.grupo-ekos.com/storage/posts/fotos-articulos-temario/edicion162/pag88graf2.png" align="left" style="margin-right:10px" /> <br /> Estas cifras indican que el trabajo de las aseguradoras aún tiene un largo camino por recorrer para culturizar a la sociedad sobre cuán importante es proteger sus bienes, salud y vida del impacto de posibles catástrofes.<br /> <br /> Después del 16A, la cobertura de seguros y la confianza de las personas en el sector asegurador se incrementó, de tal forma que las ventas subieron en un 12,5%, de acuerdo a Fedeseg. Pese a esto, todavía existe una brecha alta que debe ser cubierta. En Ecuador existe una baja cultura de prevención ante los desastres naturales, como quedó en evidencia luego de esta catástrofe. El total pagado por las empresas aseguradoras, frente al monto total de pérdidas económicas por el siniestro, tan solo fue del 17%, un porcentaje bastante inferior a lo requerido para contrarrestar todos los esfuerzos que el gobierno y la sociedad tuvieron que hacer con el propósito de recaudar fondos para la reconstrucción. Como menciona <span style="font-weight: bold;">Rodrigo Cevallos Guevara, Vicepresidente Administrativo Financiero de Aseguradora del Sur</span>, "1 de cada 10 manabitas tenía asegurado sus bienes, el precio de no tener mucha cultura de seguros es bastante alto, si bien nuestro sector creció a raíz de este evento, no ha sido lo suficiente. La reflexión es que nuestro país no hubiese tenido que endeudarse y la reconstrucción habría tardado menos tiempo, si un mayor porcentaje de personas hubiera estado asegurada".<br />