Australia podría obligar a los sacerdotes a romper el secreto de confesión para delatar a pederastas

La Royal Commission que investiga los casos de abusos sexuales sugiere el cambio en la legislación. Para un sacerdote romper el sigilo sacramental supone la excomunión

Un sacerdote escucha una confesión en el jardín de la iglesia AP

ÁNGELES CONDE

La Royal Commission australiana que investiga los casos de pederastia en parroquias y grupos religiosos, -no solo católicos-, en escuelas, en centros deportivos y en otras instituciones públicas del país ha hecho este lunes 85 recomendaciones destinadas a combatir los abusos sexuales que implicarían una reforma de la legislación vigente para poder incluir, entre otras medidas, la posibilidad de procesar a los sacerdotes que no denuncien los abusos que han conocido durante la confesión. Proponen, en definitiva, violentar el secreto de confesión de los presbíteros.

El Criminal Justice Report recomienda que «la falta de denuncia de abuso sexual infantil en las instituciones sea un delito. Una recomendación que se extiende a la información dada en las confesiones. El clero no debe poder negarse a denunciar porque la información fue recibida durante la confesión». La Royal Commission se apoya para proponer esta medida en los casos en los que los pederastas eran religiosos que acudían frecuentemente al sacramento de la penitencia. Por eso, el informe de estos expertos legales propone en su recomendación número 35 la ruptura del sigilo sacramental al solicitar que no exista exención alguna a la hora de ofrecer información sobre un presunto caso de abusos sexuales a menores.

Conviene aclarar que este grupo creado en 2013 tan solo dicta propuestas , no medidas vinculantes, para castigar y poner freno a estos crímenes. Sin embargo, si la sugerencia termina por desembocar en una reforma legal, se provocaría un choque de trenes al colocar a los sacerdotes en una posición imposible: Elegir entre el perjurio o la excomunión automática. Porque «el sigilo sacramental es inviolable ; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo», según reza el canon 983 del Código de Derecho Canónico.

La Royal Commission en su informe admite comprender «el significado de la confesión. En concreto, la importancia del sigilo sacramental especialmente para los católicos» pero considera que «la importancia de proteger a los niños del abuso sexual implica que no debería haber excepción en el deber de comunicar los delitos por parte del clero basándose en la información obtenida en confesión». Y sentencia: «En una sociedad civil es importante el derecho de una persona a practicar su religión de acuerdo con sus creencias. Sin embargo, ese derecho no es absoluto».

La Iglesia del país no han tardado en reaccionar y este martes, a través de un comunicado, el presidente de los obispos australianos, el arzobispo de Melbourne Denis J. Hart, ha mostrado su disconformidad con la recomendación al asegurar que «la confesión es una parte fundamental de la libertad de religión, y es reconocido en la Ley de Australia y muchos otros países» y ha reiterado su compromiso en la lucha contra la pederastia dentro de la Iglesia.

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