santa cruz

Anselmo: tres semanas durmiendo en un cajero automático de Santa Cruz

Los vecinos de la Cruz del Señor muestran su preocupación por un hombre que, huyendo del frío de La Laguna y tras un año en la calle, ha acabado viviendo en las dependencias de una oficina bancaria

La lluvia y el frío han hecho acto de presencia en Santa Cruz. Hasta que no llegue la noche Anselmo no podrá refugiarse en el cajero de la oficina bancaria que está junto a la parada del tranvía de la Cruz del Señor. Allí pernocta desde hace tres semanas. El mismo tiempo que lleva en Santa Cruz adonde llegó huyendo del frío de La Laguna. En total, cumple un año y medio viviendo en la calle. Antes, lo hacía en un piso por el que pagaba unos 200 euros de alquiler de su pensión no contributiva de poco más de 300. Le subieron el alquiler y no pudo hacerle frente. Tiene 49 años y un diagnóstico de esquizofrenia desde los 29. Anselmo forma parte de ese escalofriante 40% de personas que viven en la calle y tienen una enfermedad mental.

Sin embargo, Anselmo no es una estadística. Ha vivido en un lado y otro, pasado por la cárcel y se ha desconectado de su familia. “Me independicé muy joven, cada uno ha hecho su vida y no nos molestamos”, cuenta sobre su padre y sus hermanas. Admite que la asociación Afes-Salud Mental lo acogió y lo ayudó a ir un piso tutelado “pero me equivoqué”. Una equivocación que lo llevó a abandonar el programa y acabar fuera de él. Ahora, espera por una plaza en el Febles Campos. “Mi médico ya ha enviado todos los informes pero siempre le piden más”, cuenta a DIARIO DE AVISOS. Con sus pertenencias a cuestas (mantas, algo de ropa, algo de comida…) se ha instalado en el cajero y por la mañana va a los talleres que imparte Afes en La Laguna, mientras que para comer acude al comedor social de San Juan de Dios. “Subo a La Laguna cuando tengo bono, pero ahora mismo, hasta que vuelva a cobrar, el día 24, no tengo capacidad para comprar otro”.

Admite que conoce el Centro Municipal de Acogida (el albergue) y que la Unidad Móvil de Atención (UMA) lo visita periódicamente, pero también dice que el albergue no es sitio para él. “No quiero compartir espacio con ciertas personas que hay allí. Quiero estar lejos del alcohol y de las drogas. Pasé por la cárcel y se lo que es”, dice. Tampoco acude al comedor de La Noria porque “te hacen pasar una entrevista y yo no quiero hablar”.
En cuanto a la enfermedad, relata que su medicación es una inyección cada cierto tiempo que, asegura, se pone siempre que le toca y que está controlado por su médico. “Durante un tiempo me daban unas pastillas pero me dejaban atontado”, explica. “Poco a poco las fui dejando yo solo y ahora solo me ponen una inyección cada 15 días”. No quiere que le fotografíen, las imágenes que ilustran este reportaje fueron tomadas por los vecinos, preocupados por la situación de este hombre que lleva semanas en el entorno del barrio. Asegura que no tiene problemas con ellos y que en el banco solo le han pedido que deje el cajero cuando abre la oficina al público. “Es lógico, no puedo estar allí acostado cuando están trabajando”.

Algunos de esos vecinos se han movilizado y han acudido a Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Santa Cruz y al Cabildo. Desde el IMAS confirman que la UMA está en contacto con Anselmo pero, como ocurre con la mayoría de personas en su situación, no pueden obligarlo a acudir al albergue u otro tipo de recursos. Lamentablemente, en Santa Cruz, al menos otras 40 personas se encuentran en la misma situación que Anselmo, gente que por las razones que sean, duermen en cajeros mientras por el día deambulan por la ciudad.

Es justo decir que, Santa Cruz, está intentando poner freno a estas situaciones de cronificación del sinhogarismo con la puesta en marcha de pisos tutelados y del último proyecto piloto denominado Housing First (el techo lo primero).

Anselmo espera paciente por la promesa del Febles Campos pero también está dispuesto a volver a intentarlo en un piso tutelado. “Si los médicos y educadores me perdonan, quiero volver a intentarlo”.

TE PUEDE INTERESAR