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El truco para saber si vale la pena o no comprar esa prenda (en rebajas)

En una vorágine de descuentos, una sencilla cuenta matemática puede servir como guía para tomar la decisión final de compra
Jonathan Daniel Pryece

Primera realidad que hay que asumir: ya no existe un día oficial en el que den comienzo las rebajas, porque cada firma ha ido adaptando las fechas en las que anunciar sus descuentos; de modo que sería más pertinente hablar de la semana en la que empiezan. Segunda realidad: esto, unido al mes de enero (ya se sabe, cambio de regalos que no se adecuan a lo que se esperaba, año nuevo -con sus consiguientes ganas de renovación- y las tendencias de la próxima temporada asomando), puede ser abrumador. Tener claras unas cuantas directrices para sobrevivir al primer período de compras de 2018 es tan necesario como tener claro las motivaciones por las que se quiere adquirir el objeto en cuestión, pero, además, existe un truco que puede ayudar a tomar esa decisión final: una sencilla cuenta matemática.

A priori, la mención de números puede antojarse ardua, pero nada más lejos de la realidad, ya que se trata de una operación fácil hasta el extremo que se apoyará en calibraciones personales. En su libro Love, Style, Life, la fotógrafa, ilustradora e influencer Garance Doré enuncia la fórmula como el coste por puesta, “la ecuación de la moda”, que no es más que una división.

Jonathan Daniel Pryece

Lo primero que hay que hacer es una aproximación del uso que se le dará a la prenda, es decir, el prosaico y común “¿de verdad me lo voy a poner?” Quizás dar un número con contundencia resulte un poco complicado, sobre todo porque es necesaria una buena dosis de sinceridad y realismo. ¿Ese abrigo peluche en tono vivo va a aparecer en los looks diarios más de tres veces? ¿El vestido rosa de verdad llegará a la oficina o quedará relegado para los fines de semana? ¿Y las zapatillas blancas con las que se ha tenido un flechazo? Una decisión personal que nada tiene que ver con el racional mundo de las matemáticas, sí, pero algo de lo que hay que partir.

El siguiente paso es el de realizar la cuenta: dividir el precio de la prenda por la cantidad anteriormente obtenida, el número de veces que se cree que se usará. Y ahí se tendrá una cifra variable que normalmente tendrá decimales. Ese será el coste por uso, lo que costará llevar la pieza cada vez que salga a la calle. Teóricamente, cuanto más se acerque a cero, más se amortizaría la prenda (piensa por ejemplo en esos vaqueros que usas sin parar y haz la cuenta), lo que ayudaría a saber si realmente merece la pena comprarlo o no. Pero aquí es justo y necesario hacer dos aclaraciones:

  1. Antes de aplicar este truco a las nuevas adquisiciones, habría que hacer un repaso por las prendas que ya se tienen para comprobar cuál es el rango de coste por uso medio en el armario : no tendría demasiado sentido buscar con desesperación el 0 si el resto de ropa se mueve, por ejemplo, en torno a un 3.

  2. Hay piezas que resultarán casi imposibles de amortizar (según esta fórmula) por su propia naturaleza, como los looks para bodas o eventos especiales.

Corolario: ten a mano la aplicación de la calculadora en tu móvil cuando vayas a salir de rebajas, pero no pierdas de vista que dejarse llevar por los flechazos de vez en cuando no es ningún crimen.

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