Bandera Roja • Boletín • #1-2018 • ¿Puerto Rico se levanta?

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#1 • 2018

BANDERA ROJA Boletín Nacional • Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores

¿Puerto Rico se levanta? Después de 5 meses desde el paso del huracán María nadie puede negar que el proceso de recuperación ha sido lento y difícil para la mayoría de la gente. Por un lado, hemos visto a un pueblo que sí se ha levantado, principalmente con sus propias manos y sin esperar nada del gobierno. Hemos hecho de tripas corazones para sobrevivir, levantar nuestros hogares y comunidades y levantar al país. Pero por otro lado, las castas políticas, los grupos privilegiados y la clase capitalista local y extranjera, se han aprovechado del trauma del desastre natural para hacerse más ricos de maneras legales y corruptas a costa de la clase trabajadora y el pueblo pobre.

El gobierno ha mentido, robado y fracasado El gobierno local y federal fracasaron en su responsabilidad de proveer la ayuda y los servicios esenciales. La reconstrucción post María se concibió e implementó de manera improvisada y caótica favoreciendo el enriquecimiento por encima de las necesidades de la gente. El gobierno miente y oculta información sobre la situación del país, para justificar la centralización de las agencias represivas y de emergencias, la privatización de corporaciones públicas y la entrega a manos privadas del manejo de la reconstrucción del país. Este capitalismo del desastre promueve la acumulación de riquezas por medio de la corrupción y el robo de fondos públicos. Desde el escandalo White Fish y el robo de suministros en los municipios, hasta los fraudes de Unidos por PR etc., siguen esta misma lógica macabra de enriquecerse a costa del sufrimiento del pueblo pobre.

La Junta de Control Fiscal no sirve para nada La crisis humanitaria que creo la devastación del huracán dejo al descubierto la función de la Junta de Control Fiscal. Vienen a cuadrar la caja de la deuda, garantizando los intereses de los banqueros, el gran capital y los bonistas. Las primeras semanas después de María la Junta no dijo ni esta boca es mía, para aparecer en medio de la catástrofe con la jodienda de que hay que “cumplir con el Plan Fiscal”. Su solución a la situación precaria que vive el país es más precariedad en forma de privatizaciones, recortes a los servicios, despidos y más préstamo. Estos “gurús” de la economía y la (mala)administración parece que viven en otra realidad, la de una clase dominante de blanquitos adinerados, que no comparten la dura realidad que vivimos a diario la gente pobre y trabajadora.

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Queda destapado el colonialismo

En pleno desastre y crisis humanitaria el Gobierno del presidente Donald Trump mostró descaradamente el desprecio hacia la colonia devastada. Los ejemplos sobran más allá del show que montó en su visita. En las primeras semanas FEMA, la Guardia Nacional, el Ejército y otras agencias Federales arrastraron los pies, ahogando los reclamos de ayuda en un mar de papeleo burocrático que muchas veces se quedaba en nada. Desde octubre 2017 el Congreso aprobó un préstamo del que no se ha enviado un chavo para aportar a la reconstrucción de la infraestructura y la recuperación económica. Además, la inclusión de Puerto Rico, con una economía devastada, en la recién aprobada reforma fiscal de Estados Unidos provocará que más empresas se vayan de PR dejando a cientos de puertorriqueños desempleados que se verán obligados a emigrar.

Del desastre natural, al desastre político

La crisis post-María dejo al descubierto la bancarrota política en que se encuentra la casta política del PNPPPD. Es más que evidente la ausencia de un programa político y una estructura de gobierno adecuada a la realidad económica y las necesidades sociales del país. Décadas de control federal, la privatización y desmantelamiento de los servicios públicos, la profunda economía de dependencia, el empobrecimiento y precariedad de la clase trabajadora y el “desarrollo” desregulado y antiecológico, han agravado el impacto del huracán. Se ha despojado sistemáticamente al pueblo de las capacidades estatales, municipales y comunitarias para recuperarse. Los recursos han quedado en manos de un gobierno inepto y en bancarrota, totalmente sumergido en la lógica neoliberal y guiado por los intereses del capital en la colonia. Para remontar la situación en que nos encontramos necesitamos urgentemente un sistema político, económico y social verdaderamente público y democrático. Que esté pensado y planificado para las necesidades de la mayoría y el bien común por encima de intereses capitalistas-coloniales.

Solo el pueblo salva al pueblo

Hemos visto como la gente se ha organizado de distintas formas para apoyarse mutuamente y como también se han organizado para rescatar y defender sus escuelas, sus viviendas y su acceso a salud, agua y luz etc. Debemos fomentar los ejemplos de solidaridad y organización que se han levantado entre el pueblo para sobrellevar esta crisis. Es fundamental que nos ayudemos mutuamente desde nuestras comunidades y espacios de trabajo para sobrevivir, pero también para organizarnos políticamente para defender nuestros derechos que están bajo ataque. Pero también debemos organizarnos para articularnos en una fuerza política de la gente común que luche por alcanzar derechos y servicios dignos para alcanzar condiciones de vida justas. Podemos comenzar organizando y movilizando en defensa del servicio público de calidad, por la vida y los derechos de las mujeres, contra la pobreza, por vivienda digna, por acceso a alimentos de calidad y por el no pago de la deuda.

Independencia Socialista: cada vez más necesaria

En los pasados años se han precipitado una serie de eventos que dejan clara la necesidad de la independencia y el socialismo para resolver nuestros problemas. La aprobación de PROMESA, el Plan Fiscal de la Junta, la Reforma Laboral, el paso del huracán María y ahora la Reforma Fiscal Federal, dejan confirmado que bajo la colonia y el capitalismo los ricos cada vez se hacen más ricos y el pueblo pobre y trabajador más pobre. Es hora que la clase trabajadora tome las riendas de nuestro país libre de yugos coloniales y en ruptura con el modelo capitalista.


¡No a la privatización! Ni de Energía Eléctrica ni de Educación

El “Plan Plan Plan” es privatizar Saquearon la AEE La intención del gobernador Ricardo Rosselló de liquidar activos de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) para privatizarla y entregar el sistema educativo a la empresa privada representa un ataque brutal contra el pueblo de Puerto Rico. Estas movidas cedería a la manos privadas no solo las ganancias y riquezas que produce, sino que también dejaría en manos de ciertos empresarios inescrupulosos el futuro de cualquier proyecto de desarrollo económico.

La crisis energética en Puerto Rico es una consecuencia directa del desplome del aparato industrial, de los manejos corruptos de parte de empresarios y privatizadores al interior de la AEE y de la falta de consecuencia por parte de los gobernantes populares y penepés, quienes son los que han administrado mal la corporación pública. Los proyectos privatizadores son los responsables de la profundización de la crisis y muy particularmente de la falta de capacidad de la AEE para reaccionar ante el huracán María. Las medidas que tomó Lisa Donahue; reducir inventario de emergencia, cerrar plazas de empleados altamente adiestrados y de liquidar el mantenimiento y la prevención, son los factores que hoy mantienen al sistema eléctrico en el piso.

Una crisis provocada

La crisis de la Autoridad es una provocada adrede. De acuerdo con los datos que se obtuvieron de los estados financieros de la AEE, ha habido una reducción significativa y constante en la inversión anual en mantenimiento: de $251 millones en el 2007, este número se redujo a $202 millones en el 2014. En

los últimos 5 años se retiraron más de 5,000 trabajadoras y trabajadores debido a los cambios y las amenazas de desmantelar los sistemas de retiro; y de esos, el 85% fueron trabajadores de línea y operadores de planta a los que hoy les escasea el dinero en estos tiempos de necesidades mayores. El colapso que ocurrió después de los huracanes Irma y María pudo haberse prevenido —o al menos mitigado— si no se hubieran implementado las políticas neoliberales que ven en la energía eléctrica un mecanismo con el que se lucran los bonistas, en vez de verlo como un servicio esencial para el pueblo.

Educación bajo ataque

El gobierno acaba de declararle la guerra a la educación de nuestros niños y niñas y al magisterio al anunciar la privatización de las escuelas por medio del fracasado modelo chárter. Desde el gobierno se encargaron de reducirle los ofrecimientos académicos a los estudiantes, cerraron escuelas y les negaron recursos. Ahora, esos mismos que no han sabido administrar el sistema educativo, dicen que nos ofrecerán la solución a los problemas que crearon.


Escuelas Charters:

Ganancias privadas a costa de la educación

El modelo chárter consiste en escuelas cuya administración se le entrega a una empresa privada y el gobierno le paga una cantidad por cada estudiante. Por eso resulta imperativo para el gobierno cerrar las escuelas de comunidades de bajos recursos o rurales que no son negocio para los privatizadores. Los maestros y maestras pasan a ser empleados de esas empresas y pierden todos sus derechos adquiridos. Son modelos de escuelas que comenzaron a imponerse en Estados Unidos y otros lugares y que han fomentado el discrimen, la corrupción y las diferencias sociales. Son el modelo perfecto para favorecer a amigos, parientes y contribuyentes políticos. Son perfectas para un gobierno marcado por la corrupción.

Privatización no es solución, es más de lo peor

La privatización de la energía eléctrica y el sistema de educacion causará efectos en la economía y en la sociedadd similares o peores a los que causó la privatización de la salud y de la telefónica. En el caso de la privatización de la salud, el gasto público se triplicó en 10 años. El resultado es que hoy en día se atiende a una cantidad muy inferior de personas a las que atendía el sistema público previo a la Tarjeta de Salud. Además, la privatización de la salud nos hace pagar mensualmente mucho dinero a planes médicos que cada vez ofrecen menos servicios. La privatización de la Telefónica ha provocado que seamos víctimas de unas pocas compañías que se dividen el mercado. Estas mantenien un alto costo por el servicio telefónico, de celular e internet, utilizando prácticamente la infraestructura instalada por la Telefónica. La privatización no ha traído más opciones para escoger, abaratamiento en los costos, ni una modernización de la infraestructura, como tanto promete el gobierno de turno.

Nuestars vidas valen más que sus ganancias

La salud, la educación y la energía eléctrica son servicios esenciales para la vida. Cedérselas a la empresa privada convertirá la escasez de dichos servicios en la orden del día, ya que con la escasez se benefician los capitalistas, pues se aumenta el costo de la mercancía. Esto provocaría algo similar al efecto que vimos durante los peores momentos después de los huracanes recientes. La privatización de servicios esenciales antenta contra nuestras vidas para el lucro de unos pocos.

Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores web: bandera.org e-mail: info@bandera.org

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